Con garra, juego colectivo y una remontada inolvidable, el equipo mendocino se consagró campeón de la Copa Intercontinental de Futsal Femenino en Mar Chiquita. Una hazaña que trasciende el deporte y enaltece el espíritu de lucha.
En el Polideportivo de Santa Clara del Mar, donde el eco de los cánticos se mezclaba con la brisa atlántica, las jugadoras de Maipú escribieron una página dorada para el futsal femenino argentino. En una final vibrante ante Colombo de Brasil, el equipo mendocino se impuso 2 a 1 y levantó el trofeo de la primera edición de la Copa Intercontinental.
El partido comenzó cuesta arriba. Las brasileñas golpearon primero, pero Maipú no se desordenó. Con temple y precisión, Agostina Morales giró sobre su eje y clavó el empate con un remate seco al segundo palo. El equipo dirigido por Manuel Gómez no solo igualó el marcador, sino que tomó el control del juego con presión alta y circulación inteligente.
El segundo tiempo fue una muestra de carácter. Pita Morales desbordó por la banda y asistió a Ochoa, quien definió con convicción para el 2-1 definitivo. Las mendocinas sostuvieron el resultado con solidez defensiva y una lectura táctica impecable. Cuando sonó la chicharra final, el festejo fue tan intenso como merecido.
Más allá del resultado, Maipú dejó una huella: la de un equipo que se armó con esfuerzo, que soñó en grande y que representó a Mendoza y a la Argentina con orgullo. En simultáneo, UJEMVI completó el podio al vencer a JM Futsal de Comodoro Rivadavia, coronando una jornada histórica para el futsal femenino nacional.