A la espera de la final de la Copa Sudamericana, la Academia se impuso por 2 a 0 frente al Guapo. Además, Banfield se mide con Belgrano en el Sur
La música que se escuchó en los parlantes del Guillermo Laza dieron muestras de las variantes que impuso Barracas Central en la casa de Riestra. Es que la melodía de Charly García acompañó durante toda la previa y el ritmo electrónico relacionado a la bebida energizante quedó en segundo plano. Y cuando los protagonistas salieron al terreno de juego, las diferencias que mostraron los entrenadores marcó una clara discrepancia en la jerarquía del plantel de Racing con el del Guapo.
Es que si bien la Academia tiene en mente la final de la Copa Sudamericana, Gustavo Costas no quiere ceder terreno en la Liga Profesional y por ello presentó un equipo con mayoría de titulares para ir por una victoria que le permita presionar a Vélez y Huracán, en la cima del torneo. .
Con Agustín Almendra como principal organizador, Gabriel Rojas como alternativa por el sector izquierdo y la constante presión de Adrián Martínez y Maxi Salas, el combinado de Avellaneda se las ingenió para amenazar al arco defendido por Rafael Ferrario. Además, la velocidad de Santiago Solari se presentaba como una opción constante para desarticular a la última línea local.
El cerrojo que ideó Ruben Darío Insua se abrió gracias a una genialidad del volante con pasado en Boca. Cuando se cerraban los espacios y la Academia se quedaba sin argumentos para lastimar a su rival, Agustín Almendra sorprendió con su magnífica pegada para celebrar el 1 a 0. Y el elenco albiceleste (vestido de negro) se fue al descanso con una sonrisa.
En el complemento Nazareno Colombo pudo ampliar la distancia con un cabezazo que se fue a centímetros del palo, pero el segundo de Racing llegó en un contragolpe letal, en el que Rojas exigió a Ferrario con un disparo rasante y el arquero respondió con un rebote que capitalizó Maravilla Martínez. Un grito que se dio en el Bajo Flores, pero se escuchó en Avellaneda. Unos instantes después, Iván Tapia se lamentó una clara ocasión que pudo derivar en el descuento, pero el palo le ahogó el tanto. Sin dudas, el sonido metálico confirmó que todavía el pleito no estaba liquidado.
Un frentazo del ex goleador de Instituto que se fue ancho, una intervención de Bruno Zuculini que hizo volar a Ferrario y un gol anulado de Solari por un milimétrico fuera de juego pudieron completar una goleada a favor del conjunto de Costas. De todos modos, la conformidad del entrenador se basó en la producción de un equipo que no se baja de la lucha por los primeros puestos. La distancia con los punteros es de 5 unidades. Y en el Cilindro sueñan en grande.