El hombre de 38 años había desaparecido en Bolonia, en el norte italiano, y fue hallado en un pequeño pueblo de Lecce, al sur del país.
Un insólito incidente interrumpió la tranquilidad de Galatone, una pequeña ciudad en el sur de Italia. Flavio Filoni, el alcalde, descubrió fortuitamente a un hombre de origen ghanés, prófugo de la justicia desde Bolonia, escondido en un pesebre de tamaño real en la plaza Santissimo Crocifisso.
Filoni, que buscaba una copia de unas llaves, notó una figura que inicialmente confundió con parte de la escena navideña. Según Lecce Prima, el alcalde incluso pensó en felicitar a los creadores por el realismo de la figura. Al darse cuenta de que era una persona real, avisó a las autoridades, no sin antes pedirle que se marchara, con la ayuda del concejal de Cultura, Francesco Danieli.
El hombre, de 38 años, se había escapado tras ser condenado a nueve meses y quince días de prisión por resistencia a la autoridad y agresión agravada. Al parecer, viajó desde Bolonia hasta Galatone, donde intentó hacerse pasar por una estatua en el pesebre. "Decía que esa era su casa y que de ahí no se marchaba", comentó el alcalde, quien añadió que el hombre quería usar el pesebre como escondite. Filoni le tomó una foto y le preguntó si estaba bien, a lo que el hombre respondió que quería dormir allí. Tras llamar a la policía, el hombre entró en una iglesia e intentó quitarse la ropa, mostrando un estado de dificultad.
El subcomandante Marco Miccoli y sus compañeros lograron persuadir al hombre de que depusiera su actitud. Tras ser identificado, fue trasladado a la prisión de Lecce. El alcalde agradeció a las fuerzas de seguridad por su rápida intervención, destacando la importancia de su trabajo diario.