Economía & Negocios Panorama negro

Este año viene complicado para la economía Argentina, como sobrevivir con inflación elevada y sin dólares

El año que finalizó marcó un rebote del PBI tras el bajón producido por la pandemia. El Gobierno tendrá que evitar una devaluación brusca mientras negocia con el FMI en un clima de desconfianza

Domingo, 2 de Enero de 2022

El derrumbe provocado por la pandemia del 2020 fue el trampolín que permitió el fuerte rebote de la economía de este año. La realidad superó a los pronósticos y la mejora que se venía proyectando en torno al 7% finalmente terminó en 10%. El repunte se aceleró en la segunda mitad del año, de la mano del aumento del gasto, mejora del consumo y la estabilidad cambiaria. Como resultado, la actividad cerró el año por encima de los niveles prepandemia. No se trata de un gran logro, pero las expectativas previas fueron superadas.

El 2022 arranca más complicado ya desde el plano estadístico, dado que la base de comparación es más elevada. Sería un verdadero milagro que la economía pueda repetir una mejora siquiera parecida a la de 2021.

MDN

Las proyecciones privadas y oficiales son mucho más austeras, partiendo de una realidad que nadie desconoce: los motores que podrían sostener la recuperación funcionan como mucho a media máquina. El “efecto arrastre” que queda para este año se ubica en torno al 2,5%. No será para nada sencillo mejorar esta base, aunque el Banco Central destacó en su informe de objetivos para el 2022 que “pensar en una expansión de 4% del PBI es un cálculo conservador”.

Los motores que podrían sostener la recuperación funcionan como mucho a media máquina

En el año que se inicia habrá que seguir conviviendo con una elevada inflación, que tendría un piso de 50% pero muchos analistas privados ven cerca del 60%. Los incesantes aumentos de precios impedirán que se recupere el poder adquisitivo de los salarios. Tampoco se podrá lograr demasiado para bajar los altos niveles de pobreza (que terminó el 2021 cómodamente arriba del 40%), teniendo en cuenta el aumento de los costos de la canasta alimenticia.

El mayor desafío, sin embargo, está nuevamente dado por el frente cambiario. Habrá menos dólares que en 2021 y se estima que la balanza comercial tendrá un superávit de alrededor de USD 9.000 millones contra más de USD 14.000 millones del año pasado. Tampoco habrá desembolsos extraordinarios por parte del FMI, que este año distribuyó Derechos Especiales de Giro como parte del proceso de su capitalización. A la Argentina le tocó el equivalente a USD 4.350 millones.

Por lo tanto, habrá que lidiar con un contexto de menor disponibilidad de divisas, al tiempo que el Banco Central que se queda prácticamente sin reservas líquidas. Por lo tanto, el cepo cambiario tendrá que mantenerse con las mismas o incluso mayores restricciones para compensar la demanda y evitar una devaluación brusca del tipo de cambio oficial.

Los principales consultores económicos proyectan una inflación entre 52% y 60%, pero el Central consideró que están sentadas las bases para que se produzca un proceso de desinflación

El primer trimestre estará enmarcado por las negociaciones con el FMI. Los inversores dan por descontado que finalmente se llegará a algún tipo de entendimiento y la Argentina evitaría un default con el organismo, que se convertiría en un hito histórico en la larga cadena de incumplimientos que arrastra el país hace décadas. Sin embargo, ni el Presidente ni su vicepresidenta parecen dispuestos a enfrentarse a este escenario, más allá de alguna dialéctica subida de tono y algunos sectores marginales dentro del oficialismo que alientan la idea.Infobae