El objetivo de este proyecto es incentivar a las empresas a invertir sin que corran el riesgo de caer en la trampa de la industria del juicio
Varios ministerios están trabajando a todo vapor para tener listo un proyecto de reforma laboralcuyo principal objetivo será crear puestos de trabajo, algo que la Argentina no logra desde hace 15 años.
El objetivo es incentivar a las empresas a invertir sin que corran el riesgo de caer en la trampa de la industria del juicio, que sigue gozando de buena salud en el país y complica la subsistencia de decenas de pymes cada día.
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El ex presidente encabezó el encuentro del Consejo Nacional y llamó a mantener la identidad partidaria. "Nunca hemos creído en los personalismos", dijo. Y abogó por más institucionalidad. Tendrán bloque propio en Diputados y el Senado
Contratar un empleado se convirtió en una trampa mortal para muchas empresas que caen en la voracidad de estudios jurídicos dedicados a los juicios laborales.
A pesar de que se aprobó una ley en 2017 que buscaba evitarlos, los juicios laborales siguen creciendo en la Argentina.
Con el fin de incentivar a las compañías a tomar personal, se trabaja en distintos frentes, que incluyen lo impositivo y las leyes laborales.
Reforma laboral: incentivar el trabajo formal con reducción de cargas patronales
A los salarios dinámicos, el banco de horas, los convenios por empresa y el fraccionamiento de indemnizaciones y multas laborales en hasta 12 cuotas, se sumarán otras iniciativas que, desde el punto de vista de la Casa Rosada, permitirá incentivar la contratación de personal.
El principal eje busca incentivar la formalización del empleo mediante la reducción de cargas patronales. En eso trabaja el Ministerio de Economía, para que sea más atractivo para una empresa tomar personal.
En esa línea, se evalúa bajar las cargas patronales y reemplazarlas por un fondo de cese, de manera que a los empleadores no les cueste más dinero, pero tengan mayor certidumbre respecto a la disminución de sus costos y de la litigiosidad laboral.
La propuesta busca dar previsibilidad sin aumentar erogaciones y, de paso, reducir los conflictos judiciales laborales.
Además, se trabaja en el régimen de deducciones del impuesto a las Ganancias, para permitir que cualquier contribuyente pueda descontar más ítems.
Esto, creen en Economía, brindará más incentivos para pedir factura y eso formalizará todavía más la economía, que es uno de los grandes objetivos de la reforma laboral.
Para el Palacio de Hacienda, ampliar el universo de bienes y servicios deducibles promoverá mayor transparencia en las transacciones y acelerará la bancarización.
Régimen de nuevo empleo, uno de los ejes del proyecto de reforma laboral
Otro de los ejes está vinculado con la creación de un régimen de nuevo empleo.
En Economía dicen que será muy ventajoso para los empleadores. Y recuerdan que en la Argentina no se crea empleo desde 2011.
Sostienen que reducir la carga tributaria requiere primero crecimiento económico y mayor formalidad en una economía donde el 30 por ciento de la actividad está en negro.
Los funcionarios dicen que, para bajar impuestos, se necesita que el país crezca, y ratifican que subir impuestos no es una opción.
En esa línea, se apunta a que crezca el nivel de formalidad y la economía. Si crece la base, habrá muchos más recursos para bajar impuestos, razonan.
Según un estudio del centro Cippec, desde 2010 se atraviesa un estancamiento en la creación de empleo registrado privado y un cambio estructural hacia actividades de menor productividad.
A pesar de los ciclos de crecimiento y caída, el número de asalariados formales se mantuvo casi igual, lo que redujo su peso dentro del total de ocupados de casi el 60% a menos del 50%.
En paralelo, el sector manufacturero perdió participación y crecieron el comercio minorista y otros servicios de baja productividad.
También aumentaron los monotributistas (64%) y la informalidad, consolidando a la Argentina entre los países con mayor caída de productividad laboral en la región.
En conjunto, la tendencia revela que el país no logra crecer económica ni laboralmente.
Crecimiento económico y legislatura moderna para apuntalar el aumento del empleo
El desafío es cómo lograr que más argentinos tengan trabajo decente en un contexto de alta informalidad y escasa creación de empleo.
El motor del empleo es el crecimiento económico, pero una legislación moderna puede acompañarlo, hacerlo más productivo y facilitar la contratación, señala el trabajo.
Y advierte que cuando las reglas son inciertas, los costos poco claros o la justicia imprevisible, el resultado es siempre el mismo: menos empleo formal y más precaución.
En esa lógica, la política laboral tiene tres patas: las leyes, la negociación colectiva y la justicia.
El Cippec considera que la negociación colectiva debe modernizarse para incorporar nuevas formas de organización y producción.
Y el sistema judicial tiene que ser más eficiente y previsible. De nada sirve cambiar las leyes si las interpretaciones judiciales siguen generando incertidumbre o si los convenios no se adaptan a los cambios tecnológicos y productivos, advierte.
Y coincide con que uno de los puntos más sensibles del sistema es la alta litigiosidad.
Juicios laborales, un tema clave que dificulta la contratación de empleados
Los juicios laborales se multiplican y para muchas pymes representan un riesgo que pone en jaque su continuidad. La ambigüedad legal genera costos que perjudican a empleadores y trabajadores.
Definir conceptos salariales y multas que den previsibilidad a los fallos de la justicia puede reducir la litigiosidad. Cuando las normas son predecibles y las obligaciones están bien definidas, las relaciones laborales son más estables y crece la confianza.

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"La ley laboral debe servir de marco, no de obstáculo. Tiene que proteger al trabajador, pero también permitir que las empresas crezcan y produzcan. En la Argentina conviven sectores muy distintos -industria, agro, servicios, economía del conocimiento-, y pretender una única norma para todos es un error", señala el trabajo.
Por eso, considera que la ley debería establecer principios generales y dejar que cada sector, mediante la negociación colectiva, adapte sus reglas.
Un caso emblemático es el empleo joven, ya que los menores de 24 años muestran tasas de desempleo e informalidad muy superiores al promedio, lo que revela una dificultad estructural para acceder a empleos formales.
Aquí, según el Cippec, el desafío central es fortalecer la formación profesional, articular educación, empresas y sindicatos, y ordenar los incentivos a la contratación, priorizando a las MiPymes y sectores de baja productividad.
También hace falta mejorar la intermediación laboral mediante Oficinas de Empleo más activas y crear espacios de diálogo tripartito que adapten las políticas a las realidades locales.
Por eso, considera clave avanzar hacia medidas de fondo, como segmentar las cargas sociales por tamaño de empresa o nivel salarial, para introducir progresividad en los costos laborales.
En la actualidad, una pyme paga prácticamente la misma proporción que una multinacional, y un trabajador de bajos ingresos aporta igual que uno de altos.
Existen alivios parciales, pero no una estructura progresiva que dé aire a las pymes y mejore la distribución del esfuerzo contributivo. Ese esquema regresivo desalienta la formalización. Un sistema más progresivo permitiría aliviar a las empresas chicas, impulsar nuevas contrataciones y distribuir mejor la carga.
Hacia allí parece apuntar el gobierno con los cambios que irán al Congreso a mediados de diciembre.
Fuente: Iprofesional