Solo parece una cuestión de tiempo. La relación entre el gobernador Axel Kicillof y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner parece haber entrado en una lógica de no retorno. CFK apunta contra Kicillof por la derrota electoral y recurre a la victimización. El mandatario provincial guarda silencio y contiene la sed de ruptura de los intendentes y de su propio entorno. En ese marco la ruptura deviene inevitable.

Hubo carta y hubo reunión en La Plata. CFK disparó primero, antes de que Kicillof encabezara por tercera vez en esta semana una reunión con jefes comunales. La expresidenta es consciente de que la mayoría del peronismo, por los menos el que tiene responsabilidad institucional, quiere dar vuelta la página y avanzar hacia el 2027 sin la mochila que hoy expresa el apellido Kirchner. En ese marco apela a la literatura, narra su historia, da su visión de los hechos y pone la responsabilidad de la derrota más allá de los muros de San José 1111.

En paralelo a la larga carrera rumbo a 2027 se juegan las urgencias bonaerenses. El Gobierno provincial necesita no sólo sancionar el Presupuesto 2026 sino también la autorización para el endeudamiento. Sólo eso torna el escenario más complejo y tiñe con un manto de realidad la pelea por la conducción, que en La Plata entienden que aún puede esperar.

Claro, que en el medio está la coyuntura y la interna. El contraste parece grosero, pero es ineludible. Ante la carta de CFK desde el encierro y en soledad, la respuesta del gobernador fue una foto a cielo abierto rodeado del poder territorial que emana de 40 intendentes. A buen entendedor pocas palabras.

El conclave encabezado por gobernador se llevó a cabo en el Parque Pereyra Iraola. El mandatario llegó último y fue recibido con aplausos. Se habló del éxito del desdoblamiento y la necesidad de nacionalizar el Movimiento Derecho al Futuro. Para esa tarea el principal apuntado es Andrés "El Cuervo" Larroque, aunque la designación como secretario General del espacio deberá esperar.

La decisión de comenzar a trabajar en un armado nacional tuvo el abal de los intendentes, pero el principal apoyo que se llevó Kicillof se verá reflejado el próximo lunes en la Casa de Gobierno cuando sea presentado formalmente el Presupuesto bonaerense.

Los jefes comunales no solo comprometieron su asistencia sino también hubo una promesa de trabajar para su aprobación, algo que está en dudas debido a la falta de definición de La Cámpora.

La reunión fue extensa, pero no hubo definiciones respecto a la posible ruptura definitiva con CFK, la división formal del peronismo o el pedido de renuncia a los funcionarios que responden a Máximo Kirchner.

En el ateneo de La Cámpora, Máximo Kirchner se abrazó a Guillermo Moreno y confirmó quiénes son sus aliados.

Por estas horas el entorno del gobernador está dividido. Hablan de qué se abrió una ventana temporal para acelerar el proceso de diferenciación con CFK. Entienden que es el momento para darle rienda suelta a las nuevas canciones. Sin embargo, aclaran que los tiempos los marca Kicillof y que la confirmación del comienzo de la nacionalización del MDF es parte del asunto.

Dentro del análisis de lo que se pone en juego, desde el entorno del gobernador aseguran que la carta de CFK no solo tiene que ver con la disputa interna sino con terminar de plasmar un acuerdo con Milei para la conformación de la futura Corte Suprema.

Más allá de especulaciones y deseos, en el Ejecutivo bonaerense no habrá movimientos bruscos por los menos por ahora. Si bien algunos intendentes le reclaman dignidad a los referentes de La Cámpora que ostentan lugares en el Gabinete y demandan sus renuncias nada de eso pasará por ahora.

La mirada del gobernador está puesta en aprobar el presupuesto y conseguir los votos para el endeudamiento. El resto puede esperar.

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