En una jornada marcada por el alivio financiero, los mercados argentinos reaccionaron con entusiasmo a las últimas señales del Gobierno. El índice Merval registró una suba superior al 3%, los bonos soberanos en dólares operaron con ganancias en todos los tramos, y el dólar -en sus versiones oficial y paralela- se mantuvo sin sobresaltos.

El repunte bursátil se da en un contexto de mayor coordinación entre el Tesoro y el Banco Central, que en los últimos días activaron mecanismos de intervención para contener la volatilidad cambiaria. La estrategia, que incluye ventas de dólares por parte del Tesoro y ajustes en la tasa de interés, parece haber devuelto algo de previsibilidad al mercado.

Los bonos más representativos, como el AL30 y el GD35, mostraron subas cercanas al 2%, mientras que el riesgo país se mantuvo estable, en torno a los 1.400 puntos. Para los analistas, el rebote responde a una combinación de factores: señales de disciplina fiscal, expectativas de ingreso de divisas por exportaciones y una lectura política más moderada en la previa electoral.

Francos respondió a Pagano y descalificó a Lourdes Arrieta por sus acusaciones

Politica

El jefe de Gabinete se defendió de las afirmaciones de la diputada en medio del escándalo de los audios filtrados que perjudican al Gobierno; la tildó de "comentarista televisiva sin demasiado renombre"

En el mercado cambiario, el dólar blue se mantuvo sin variaciones significativas, mientras que el dólar MEP y el contado con liquidación mostraron leves retrocesos. La estabilidad cambiaria, aunque frágil, fue celebrada por operadores que ven en ella una oportunidad para recomponer carteras y recuperar confianza.

A pesar del entusiasmo, los economistas advierten que el escenario sigue siendo delicado. "No hay margen para euforia. El mercado está reaccionando a señales tácticas, pero la sostenibilidad depende de reformas estructurales que aún no están en marcha", señaló un operador de la city porteña.

Por ahora, el Gobierno logra contener la presión financiera y ganar tiempo en un calendario político cargado. La pregunta que queda abierta es si esta calma será duradera o apenas una tregua en medio de la tormenta.