La víctima que tenía 28 años y próximamente iba a ser papá otra vez. Estaba junto a sus hijos, que fueron testigos del incidente.
Un hombre de 28 años murió a causa de un sorpresivo derrumbe en una playa de Nueva Zelanda. La víctima, identificada como Kane Watson, se encontraba en el lugar junto a su hija de 18 meses y tres hijos de su pareja disfrutando de una tarde familiar cuando una duna se vino abajo y lo atrapó.
Según informaron medios locales como Radio New Zealand (RNZ) y el diario New Zealand Herald, Watson jugaba con los niños cuando la estructura de arena colapsó y lo dejó sepultado.
Una de esas fuentes, de hecho, citó al Auckland Rescue Helicopter Trust y precisó que el hombre estaba cavando un hoyo cuando la arena se derrumbó sobre él en la playa de Muriwai, ubicada a unas 25 millas de Auckland.
El joven alcanzó a pedir ayuda a los gritos, mientras intentaba liberarse, pero no lo consiguió. De hecho, trascendió que estuvo atrapado durante unos 15 minutos.
Watson estaba junto a su hija, de 18 meses, y tres hijos de su pareja, quienes fueron los que pidieron ayuda a otros bañistas.
Una vez que llegaron los equipos de rescate y lograron liberarlo, el hombre fue trasladado de urgencia en helicóptero al Hospital Municipal de Auckland, donde murió el pasado domingo, un día después de sufrir el accidente.

Un denominador común envolvió a las palabras de despedida de familiares y amigos de Watson, quien próximamente iba a ser papá otra vez. Todos coincidieron en describirlo como una persona que amaba a los suyos.
Una amiga de la familia, Kristalle Tayler, lanzó una campaña de recaudación de fondos en la plataforma Givealittle, con el objetivo de ayudar a cubrir los gastos del funeral. En la publicación, la víctima fue recordada como un "hijo muy querido, hermano, compañero y, sobre todo, un padre devoto".
"Creció soñando con tener su propia familia, y cuando finalmente la formó, la tragedia se la arrebató", escribió en la publicación, que ya reunió miles de dólares en donaciones.
Y agregó: "Lo más desgarrador es que su hijo menor, que nacerá a principios del año que viene, nunca lo conocerá, pero crecerá escuchando historias del hombre increíble que lo amó antes de que naciera".
"Su mayor alegría era estar con los niños, no solo con los suyos, sino también con aquellos que cuidaba y amaba como propios", añadió la mujer.
Luego de la tragedia, Colin Whittaker, profesor de Hidráulica de Ingeniería Civil en la Universidad de Auckland, explicó a RNZ la gravedad que tienen las situaciones como las que pasó Watson.
"Si tienes una gran duna encima y gran parte de ella se derrumba, podrías tener algo tan pesado como un elefante cayendo sobre ti", declaró el especialista.
Y agregó: "Obviamente, eso es muy dañino, pero también bastante difícil de salir, sobre todo si te cuesta respirar".
"En cuanto intentas sacar a alguien, al cavar un hoyo, la arena lo vuelve a llenar. Es un desafío increíble", completó.