La postal invernal de Mendoza, que solía ser sinónimo de ocupación plena y movimiento turístico, este año se tiñe de incertidumbre. Con el inicio del receso escolar, las reservas apenas alcanzan el 40%, según datos de la Cámara Hotelera local. La expectativa está puesta en la nieve, que podría atraer a los viajeros de último momento y salvar una temporada que, por ahora, no despega.

Las condiciones macroeconómicas juegan en contra: el tipo de cambio y los costos internos hacen que muchos argentinos opten por destinos en el exterior, mientras que el turismo internacional también se retrae. "Seguimos teniendo visitantes, pero no como antes. Esperamos cerrar julio con un 50% o 55% de ocupación, no más que eso", advierte Marcelo Rosental, presidente de la Cámara Hotelera de Mendoza.

La venta de insumos para la construcción crece un 15,5% mensual en junio

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El Índice Construya (IC) registró una importante recuperación contra mayo sin estacionalidad y una suba de más del 14% interanual.

En zonas como Potrerillos, donde el turismo de montaña y aventura tiene mayor peso, las reservas rondan el 60%. Carlos Torres, referente del sector, señala que las nevadas podrían mejorar ese número, aunque también reclama mayor preparación vial para garantizar el acceso a los destinos con nieve.

Mientras tanto, el termómetro del turismo marca una baja preocupante. Mendoza sigue siendo uno de los destinos más buscados, pero la competitividad frente a países como Brasil o Colombia, sumada a la falta de incentivos internos, pone en jaque a uno de los motores económicos de la provincia.