Sobre una losa de mármol blanco, apenas una palabra: Franciscus. No hay fechas, ni títulos, ni honores. Solo una cruz de hierro suspendida sobre la lápida, idéntica a la que acompañó al pontífice durante su vida. El Vaticano difundió este domingo las primeras imágenes de la tumba del papa Francisco, que eligió descansar en la Basílica de Santa María la Mayor, en el corazón de Roma.

El lugar, apartado de la tradicional cripta de San Pedro, fue elegido personalmente por el pontífice argentino. Su decisión, plasmada en su testamento, responde a una devoción profunda por la imagen de la Salus Populi Romani, a cuyos pies solía rezar antes y después de cada viaje apostólico.

La austeridad del sepulcro -una piedra serena, una rosa blanca y la tenue luz que cae sobre la lápida- conmueve a los fieles que desde primeras horas de la mañana comenzaron a llegar a la basílica. Según datos de la Policía, unas 13.000 personas se acercaron este domingo a rendir homenaje.

"El papa Francisco quiso una vida sencilla, y ahora también un descanso sencillo", explicó el arzobispo responsable del templo, señalando que la elección del sitio de entierro refleja su legado: humildad, cercanía y espiritualidad esencial.

En paralelo, en la Basílica de San Pedro, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano y considerado uno de los favoritos para suceder a Francisco, presidió la misa dominical. En su homilía, dijo: "Francisco nos enseñó a caminar con los pies descalzos sobre la tierra de los humildes".

Este domingo marcó el segundo de los nueve días de luto oficial. Finalizado ese periodo, dará comienzo el cónclave para elegir al nuevo sucesor. Aunque aún no se ha anunciado la fecha exacta, el proceso debe iniciar antes del 10 de mayo.

El futuro de la Iglesia está en manos de 133 cardenales electores, de los cuales más del 80% fueron nombrados por el propio Francisco. Sin embargo, el colegio cardenalicio llega a esta cita profundamente diverso, reflejo de una comunidad global con múltiples desafíos. En la Capilla Sixtina, bajo la mirada eterna de los frescos de Miguel Ángel, comenzará la búsqueda del nuevo pontífice que dé continuidad -o inflexión- al legado de Francisco.