El Gobierno considera que de los 150 impuestos que existen actualmente, el 90% de la recaudación se concentra solo en 10 tributos
El Gobierno viene coincidiendo con el sector privado en que la Argentina tiene una presión tributaria exorbitante, que conspira contra la competitividad y la posibilidad de iniciar un sendero genuino de crecimiento. En el último encuentro de la UIA, fue uno de los ejes del reclamo fabril.
El presidente Javier Milei considera que la presión tributaria supera el 30% del Producto Bruto, un nivel alto para un Estado que hace agua en varios frentes y no provee servicios de calidad.
Proyecciones de especialistas indican que la presión tributaria sobre el sector formal de la economía (a lo que se refirió Milei con su frase) se ubica entre el 35% y el 40% del PBI, una cifra incluso superior a la mencionada por el mandatario.
Javier Milei propone una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva
Milei sostuvo que el compromiso del Gobierno es llevar adelante una reforma tributaria que "reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio".
"Nuestro sistema impositivo es asfixiante, laberíntico e inestable. Argentina tiene que dejar de ser un infierno fiscal para quienes trabajan, se esfuerzan e invierten. Nuestro país tiene una carga impositiva explícita que supera el 30% del PBI", explicó.
Según pudo saber iProfesional, el Gobierno viene realizando un análisis sobre unos 150 impuestos vigentes en la Argentina. Una de las principales conclusiones fue que apenas diez de esos gravámenes representa el 90% de la recaudación.
Por eso, Milei pretende aprovechar la inminente desaparición del Impuesto PAIS para encarar una reforma de tributos que elimine más de un centenar de tasas y alícuotas, para lo cual busca acordar con gobernadores e intendentes.
Según la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), uno de los problemas de la estructura tributaria argentina es que la presión impositiva cae solo sobre el sector registrado, mientras existe una amplia gama de actividades que está fuera del radar del Fisco.
En tanto, de acuerdo con un trabajo de Fundar, la usina de ideas económicas del PRO, la presión tributaria sobre el sector formal ronda el 40%. Para Fundar, esa presión elevada sobre el sector formal genera a su vez más informalidad.
El trabajo explica que una fuerte presión tributaria con altos costos de cumplimiento sobre el contribuyente "genera informalidad, a la vez que la informalidad genera más presión sobre el segmento formal de la economía".
Tras consolidar la desaceleración del costo de vida, en el discurso del Gobierno incorporaron la eliminación de impuestos como el próximo paso. El ministro de Economía, Luis Caputo, consideró que se debería avanzar en la eliminación de retenciones, débitos y créditos e Ingresos Brutos.
La reforma tributaria está a cargo del secretario de Hacienda, Carlos Guberman, con el asesoramiento de algunos estudios jurídicos privados, como el socio del Departamento de Impuesto de Bruchou & Funes de Rioja, Liban Kusa.
El diagnóstico del Gobierno es que la Argentina enfrenta una borrachera de impuestos, por el exceso de gasto público. Por eso, una vez puesto en caja el gasto, se podría en una estructura impositiva más racional.
El 90% de la recaudación se explica solo por 10 de los 150 tributos que existen y, por ello, consideran en el Ejecutivo que existe un buen margen de maniobra para ir eliminando gravámenes.
El desafío es que se necesitará construir una buena coalición de fuerzas en el Congreso para encarar semejante reforma.
En el Gobierno consideran que el Estado podría mantenerse con diez impuestos nada más.
Los equipos técnicos no solo están trabajando en una reforma impositiva, sino también en cambios en materia previsional, laboral y penal.
En cuanto a los impuestos, el objetivo es tener el proyecto para que el jefe de Estado lo presente al Congreso en el discurso de la apertura de sesiones ordinarias 2025, el 1 de marzo. El eje será la simplificación del sistema impositivo.
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en el país operan 155 impuestos. Y existe una alta concentración de los ingresos, ya que 6 gravámenes representan el 83% de la recaudación tributaria consolidada de Argentina (IVA, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, Ganancias, Ingresos Personales, Débitos y Créditos bancarios y Derechos de exportación).
Una de las claves para que tenga éxito una reforma será que las provincias acompañen la intención del Ejecutivo.
La reforma tributaria que prepara el gobierno busca simplificar este panorama y reducir la cantidad de trámites administrativos y cargas fiscales para mejorar el clima de negocios y la competitividad del país.
Además, la administración nacional considera que cada provincia debe ser libre de definir su propia política tributaria, aunque advierten que aquellas que aumenten impuestos podrían perder competitividad.
Otra de las reformas importantes que está elaborando el Gobierno, también para el año que viene, consiste en cambiar el régimen previsional contemplando, entre otros aspectos, la eliminación de los regímenes especiales.
Los cambios en los que se está pensando también atraviesan el universo previsional. Allí, la clave pasaría por poder eliminar los regímenes de privilegio. Ahí aseguran que hasta se podría triplicar el monto de la jubilación mínima, y llevarla a la zona de los $800 mil.
Entre los sectores que tienen jubilaciones de privilegio se anotan construcción, docentes, investigadores, del Poder Judicial y del Servicio exterior, entre otros. Les permiten jubilarse con requisitos de edad y años de servicio de aportes menores. Hay unas 250.000 prestaciones correspondientes a regímenes especiales.
En medio de los cambios que se analizan, también se buscaría fomentar el desarrollo de seguros privados de retiro, aunque sin eliminar el sistema de reparto.
Expertos advierten sobre la necesidad de subir la recaudación en materia previsional, y llegar a tres aportantes por jubilados, cuando en la actualidad hay apenas 1,5.