En la Casa Rosada no ocultaban su favoritismo por el candidato de Lacalle Pou. Sin embargo, hubo un comunicado para felicitar al ganador y fue bien visto el mensaje conciliador que dio en sus declaraciones a TN.
La victoria de Yamandú Orsi en Uruguay marcó el regreso de la izquierda, representada por el Frente Amplio, al poder tras cinco años de gobierno del Partido Nacional. El resultado coincidió con las proyecciones de las encuestas previas, que pronosticaban una ventaja del heredero político de Pepe Mujica sobre Álvaro Delgado. Sin embargo, la respuesta del gobierno argentino fue más bien fría y distante, reflejando una posición pragmática alineada con los intereses de la gestión actual.
En diálogo con TN, el propio Orsi contó el lunes por la mañana que no había recibido aún ningún llamado de las autoridades argentinas y lanzó los primeros gestos de acercamiento al confirmar que invitará a Milei a su asunción del 1ro de marzo. "Ojalá pueda reunirme con Milei en el Mercosur", contó.
Fuentes cercanas a la Casa Rosada y la Cancillería aseguraron que, si bien el triunfo del Frente Amplio no generó malestar explícito, existía una percepción de que una victoria de la derecha sería más beneficiosa para Argentina. Este análisis se vincula con la afinidad ideológica del presidente Javier Milei hacia sectores conservadores, aunque su relación con el mandatario saliente Luis Lacalle Pou tampoco fue especialmente cercana.
Durante la jornada electoral, Yamandú Orsi buscó enviar un mensaje conciliador hacia Argentina. "Trabajaré para mantener una relación fluida porque ambos países lo necesitan", declaró en diálogo con TN. Este gesto refleja la intención del nuevo mandatario uruguayo de evitar tensiones y apostar por una cooperación que beneficie a ambas naciones. Orsi, considerado un líder moderado dentro de la izquierda, promueve una agenda aperturista en el Mercosur y una visión promercado, una postura que podría servir como puente entre las diferencias ideológicas con el gobierno argentino.
El flamante vicecanciller argentino, Eduardo Bustamante, viajó a Montevideo el pasado viernes para presenciar la elección y buscar acercamientos con el Frente Amplio. Bustamante, quien hasta hace pocas semanas fue cónsul general en Uruguay, intentó preparar el terreno para lo que podría ser el primer encuentro entre Orsi y Milei en la próxima cumbre del Mercosur, prevista para los días 5 y 6 de diciembre. Según confirmó el canciller Gerardo Huertein, el presidente argentino asistirá al evento, donde además asumirá la presidencia pro témpore del bloque regional.
La expectativa en torno a este encuentro es alta. Fuentes diplomáticas señalan que podría representar una oportunidad para reforzar el giro pragmático de Milei tras su participación en el G20, en un contexto donde las relaciones bilaterales han sido, hasta ahora, funcionales pero no estrechas. Orsi, por su parte, llega con un discurso que busca combinar sensibilidad social y políticas económicas abiertas, un equilibrio que lo distingue dentro de su espacio político.
La composición de su gabinete, que incluye al economista Gabriel Odone como próximo ministro de Economía, refleja esta intención aperturista. Desde Argentina, algunos analistas consideran que este enfoque podría generar oportunidades de cooperación, especialmente en un Mercosur que busca redefinir su rumbo frente a los desafíos globales. Sin embargo, la frialdad inicial con que se recibió el resultado electoral muestra que los vínculos entre ambos gobiernos aún están lejos de consolidarse.
El desafío ahora será construir una agenda común en un escenario político regional cada vez más complejo. La victoria de Yamandú Orsi abre un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales entre Uruguay y Argentina, uno que estará marcado tanto por las diferencias ideológicas como por la necesidad de colaboración estratégica.