A seis días de las elecciones presidenciales y sin mayores precisiones, Donald Trump denunció "trampas" electorales, lo que avivó el temor de que rechace el resultado, como hizo en 2020, si pierde frente a Kamala Harris.

El expresidente y candidato republicano se niega a comprometerse a reconocer el resultado de los comicios. Este miércoles denunció "trampas" a "una escala nunca vista antes" en Pensilvania, uno de los estados clave para decidir quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.

El martes, Trump había afirmado en sus redes sociales que están sucediendo "cosas muy feas" en ese estado, en el que perdió por solo 80.000 votos frente a Joe Biden en 2020, y pidió a la policía que haga "su trabajo, sin tardar".

Qué está pasando en Pensilvania

El viernes, las autoridades judiciales de un condado de Pensilvania anunciaron la apertura de una investigación sobre un lote de 2500 solicitudes de inscripción electoral que contenían información de identidad incorrecta. Se están haciendo verificaciones en otros condados, según la prensa local.

Durante un acto en Carolina del Norte, el expresidente republicano dijo que "si dios bajara de lo alto" para supervisar el escrutinio, él podría ganar en California, un bastión demócrata.

"Me va muy bien con los hispanos, creo que ganaría", dijo. Y volvió a atacar los medios de comunicación: "La otra cosa que necesitamos es una prensa honesta y respetada. No la tenemos", indicó.

Kamala Harris intentó desmarcarse de Joe Biden

Harris también estuvo en Carolina del Norte, otro estado clave junto con Nevada, Michigan, Wisconsin, Georgia y Arizona.

"Luchamos por una democracia y a diferencia de Donald Trump, no creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean el enemigo. Quiere meterlos en la cárcel. Les daré un lugar en la mesa", afirmó Harris en un mitin.

La actual vicepresidenta prometió "poner al país por encima del partido". Más tarde, repitió el mensaje en Pensilvania."Todo el mundo tiene derecho a ser escuchado, pero ahora mismo estoy hablando yo", soltó a unos manifestantes que la increpaban.

Harris viene lidiando con un desliz de Biden, que provocó una tormenta política tras llamar "basura" a los seguidores de Trump durante una videollamada con la ING Voto Latino.

El presidente demócrata, de 81 años, hablaba de la polémica que estalló después de que el comediante Tony Hinchcliffe dijoen un acto de Trump en Nueva York que Puerto Rico es como una "isla flotante de basura"."La única basura que veo flotando ahí fuera son sus seguidores", dijo Biden.

Trump reaccionó: "Su demonización de los latinos es inconcebible y es antiestadounidense", afirmó. Más tarde, en la red social X, Biden intentó minimizar sus palabras. Entonces dijo que se refería "a la retórica odiosa sobre Puerto Rico lanzada por un partidario de Trump".

De poco sirvió. El comentario se ha convertido en una bocanada de oxígeno para Trump y una piedra de cemento para Harris. "Joe Biden finalmente dijo lo que él y Kamala realmente piensan de nuestros partidarios. Los llamó basura", afirmó Trump en Carolina del Norte.

"Mi respuesta a Joe y Kamala es muy sencilla: no puedes dirigir Estados Unidos si no amas a los estadounidenses", afirmó el candidato republicano, para quien sus seguidores son "el corazón y el alma" del país.

"Nos han llamado intolerantes, racistas, deplorables, fascistas, irredimibles, nazis, y a mí me han llamado Hitler", se quejó Trump.