El titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, en el adelanto del presupuesto, mencionó las principales estimaciones y proyecciones para 2024 y 2025. Qué opinan los especialistas.
El ministro de Economía, Luis Caputo, envió al Congreso un anticipo del Presupuesto 2025 con las proyecciones del Gobierno para 2024 de las principales variables macroeconómicas y previendo una posible flexibilización o quita del cepo cambiario.
En primer lugar, el Ejecutivo espera un tipo de cambio oficial de $1016 para fin de año, lo que implicaría el sostenimiento del crawling peg mensual del 2%.
Por otra parte, estiman una inflación del 130% interanual para diciembre. Esto significa que el gobierno espera un Indice de Precios al Consumidor (IPC) mensual para lo que resta del año de alrededor del 4%.
Al respecto, el economista Gabriel Caamaño dijo: “Es una proyección consistente con el sostenmiento del crawling al 2% de acá a fin de año”.
En la misma línea que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno considera que el PBI caerá -3,5% en 2024.
“A nivel sectorial, el sector Agropecuario crece 34,6%. La producción de soja sube de 25,0 a 49,7 millones de toneladas (MT) (+98%) y la de maíz de 41,4 a 56,0 MT (+35%), de acuerdo con la estimación de la Secretaria de Bioeconomía. La Industria y el Comercio -los sectores de mayor peso- se proyectan con bajas de -9,8% y -9,1%. En suma, los rubros de bienes disminuyen en promedio - 1,0% y los servicios, - 3,6%. Por el lado de la demanda, se prevén caídas de -6,6% en el Consumo Privado, -7,8% en el Consumo público y -17,2% en la Inversión; por su parte, las cantidades exportadas suben 20,9% y las importadas se reducen - 17,7%”, precisa el documento.
Por ahora, en los primeros 3 meses de año, el PBI cayó 5,1% interanual y 2,6% respecto al cuarto trimestre de 2023. Todos sus componentes se contrajeron, excepto las exportaciones. Estas aumentaron 26,1% interanual, mientras que el Consumo privado bajó 6,7%, el Consumo público, 5%; Inversión, 23,4% y las Importaciones, 20,1 por ciento.
En lo que respecta al comercio exterior, prevén un aumento de las exportaciones del 14,4% y una reducción de las importaciones del 20,7%, arrojando un superávit comercial de USD 21.918 millones. El resultado contrasta con el déficit registrado en 2023, que fue de USD -9.215 millones.
Para 2025, se estima que la recaudación, contando los impuestos nacionales y aportes y contribuciones a la seguridad social, aumentará un 54,4% respecto a la recaudación proyectada para el año 2024, reduciéndose 0,45 puntos porcentuales del PBI respecto al año anterior.
“La presión tributaria pasaría de 21,61% del PIB en el año 2024 a 21,16% en el año 2025. Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria, destacándose la menor recaudación como consecuencia de la finalización de la vigencia del impuesto PAIS”, indican.
“Los ingresos correspondientes al Impuesto para una Argentina Inclusiva (PAIS) durante el 2024 alcanzaron un 1,13% del PBI. Sin embargo, en 2025 solo se estiman ingresos en el mes de enero (por operaciones devengadas en el mes anterior), ya que de acuerdo con el Artículo 35 de la Ley N° 27.541, en diciembre del 2024 finaliza su vigencia”, agregan.
El titular del Palacio de Hacienda había asegurado que iba a reducir la alícuota del Impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%. Aún no hay una fecha confirmada de cuándo se tomará esa medida pero la finalización del tributo significaría en la práctica una eventual flexibilización o quita del cepo cambiario.
El IERAL de la Fundación Mediterránea aseguró en un informe que “si la reducción del impuesto País se implementara en agosto y estuviera vigente durante los últimos 5 meses del 2024, el superávit financiero se acercaría a cero (0,05% del PIB) y agrega que “si la decisión fuera bajar la alícuota del impuesto País desde agosto, el margen para aflojar el grado de ajuste en el gasto, con relación a lo ocurrido en el primer semestre, resulta muy acotado”.
Además, el presupuesto precisa que “la suba estimada de la recaudación nominal se explica por los aumentos proyectados de la actividad económica, los volúmenes del comercio exterior, la remuneración imponible y los puestos de trabajo, los precios y el tipo de cambio. En el mismo sentido incidirán los mayores ingresos esperados correspondientes a los regímenes de facilidades de pago”.
Sobre el financiamiento externo, el documento indica que durante 2025, “Argentina mantendrá sus esfuerzos para optimizar su cartera de operaciones con financiamiento internacional acompañando los lineamientos propuestos de prudencia fiscal; para ello continuará con el avance hacia la identificación y gestión de operaciones de crédito que apoyen la estrategia de protección social de las poblaciones vulnerables y contribuyan a consolidar la estabilidad macroeconómica y a incrementar los niveles de eficacia y eficiencia de las políticas públicas”.
“A partir del acceso a recursos financieros a tasas bajas y con plazos largos de repago, se implementan programas/proyectos que mejoran sustancialmente el capital físico y humano de nuestro país con una visión de transformación estructural hacia el crecimiento sostenible”, añade.
Otro punto, sobre el cual el Gobierno todavía no da detalles del gasto proyectado, es la obra pública. “La optimizacio´n del Sistema Nacional de Inversiones Pu´blicas sera´ un eje fundamental en el an~o 2025, en tanto contribuye a alcanzar las metas fiscales estipuladas”, explica.
En este sentido, el documento señala que el Ejecutivo utilizará un “ca´lculo de las brechas sectoriales de infraestructura como un insumo para la formulacio´n del Plan Nacional de Inversiones Pu´blicas 2025- 2027?.
“Las brechas de infraestructura permiten conocer la diferencia entre el nivel de infraestructura deseado y el nivel existente, expresado en términos monetarios. Los organismos más representativos en términos de infraestructura realizan dicho cálculo bajo un cronograma establecido y una metodología común. Este cálculo provee herramientas adicionales para el proceso decisorio de las autoridades en materia de priorización de proyectos y asignación presupuestaria”, sostiene. (Infobae)