Bosch presentó a Revol, la cuna inteligente: es una cuna de tamaño generoso que incluye sensores de movimiento y temperatura, varias cámaras y una inteligencia artificial que monitorea la salud del infante para ayudar a los padres a la hora de cuidar a los recién nacidos. La nueva cuna inteligente puede controlar los signos vitales del bebé, como la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria. Incluso puede detectar cuando es tiempo de cambiar el pañal.

El software también avisa a tiempo si un peluche o una manta cubren las vías respiratorias del niño o si detecta su llanto. Y si el bebé tiene problemas para conciliar el sueño, la cuna puede activar automáticamente una suave función de balanceo para adormecerlo. Los usuarios pueden decidir por sí mismos si los datos que registra la cuna se almacenan finalmente de forma cifrada en los servidores de Bosch o permanecen fuera de línea dentro de sus propias cuatro paredes.

La compañía pondrá en venta la cuna en China, y luego la llevará al resto del mundo; el precio estimado es de 1200 dólares.

Para quienes quieran algo menos sofisticado, la firma Elvie presentó, también en la CES 2025, la Elvie Rise, que funciona como mecedora y se puede girar para transformarla en una cuna tipo moisés cuando el bebe (de menos de seis meses) finalmente se duerme, así queda en una posición horizontal. No es la única en hacerlo, pero en este caso tiene un motor incorporado, controlado por una app en el celular, que permite activar el vibrador que mecerá a la criatura.

No es la primera vez que se ve algo así, aunque el paso del tiempo permite una mayor sofisticación en el funcionamiento; en 2017, por ejemplo, Ford mostró un prototipo de una cuna que usaba la vibración similar a la del motor de un auto para adormecer al bebe.