La consultora PwC estimó el gran potencial que tendría la explotación de la formación no convencional, pero condicionó su alcance a la cantidad de inversiones que se generen en infraestructura
Con la economía empezando a dar señales de recuperación, aunque todavía en forma muy sectorial, todas las miradas apuntan a al sector energético y en especial Vaca Muerta, la formación no convencional de hidrocarburos en la Cuenca Neuquina que este año cambió el balance energético de deficitario a superavitario.
En este contexto, PwC Argentina presentó un informe sobre la capacidad de producción de Vaca Muerta que puede implicar una invitación a la presentación de inversiones. Según sus proyecciones esta explotación podría generar un superávit en la balanza energética de 30.000 millones de dólares para 2030, es decir dentro de sólo seis años. Sólo para tener una medida de la magnitud que esto significa, es el equivalente a la totalidad de las reservas brutas del Banco Central de la República Argentina.
La producción estimada es de un millón de barriles de petróleo y más de 250 millones de metros cúbicos de gas por día. La proyección a futuro que tiene esta formación geológica de shale oil y gas es prometedora, ya que los volúmenes de combustible obtenidos son cada vez más importantes. En la actualidad Vaca Muerta ya explica el 50% del gas natural y el 40% del petróleo que demanda el mercado interno. Eso es posible gracias a una inversión que, desde el inicio de su explotación, alcanza los US$200.000 millones.
Al respecto, Juan Manuel Magadan, socio de PwC Argentina de la práctica de Tax & Legal, reivindicó la implementación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) establecida por el Gobierno de Javier Milei y señaló que se ha configurado como herramienta fundamental para el desarrollo de la región.
"??Este marco regulatorio permite atraer inversiones estratégicas mediante incentivos fiscales que faciliten proyectos clave de infraestructura para optimizar su capacidad productiva y exportadora", agregó.
PwC insiste en el enorme potencial que tiene Vaca Muerta en cuanto a la generación de energía, pero aclara que el desarrollo de toda esa capacidad dependerá de la cantidad de dólares que se inyecten a la región para fomentar la infraestructura.
"Argentina es el cuarto y segundo país con recursos no convencionales de petróleo y gas respectivamente. Adicionalmente, el país es el segundo productor mundial, detrás de Estados Unidos. Estas proyecciones dependerán de que se realicen inversiones esenciales en infraestructura, particularmente en ductos y plantas para la exportación de LNG", explicó Hernán Rodríguez Cancelo, socio de PwC Argentina especialista en energías renovables.
Una de ellas es la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur, con una inversión de US$2.500 millones, que permitirá transportar 500.000 barriles de petróleo por día. Por su parte, el Puerto de aguas profundas en Río Negro, permitirá reducir los costos de transporte y facilitar el acceso a mercados internacionales.
A su vez, el desarrollo de proyectos como la ampliación del Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno -ex Néstor Kirchner- y el proyecto Duplicar y Triplicar de OldelVal serán cruciales para superar los actuales cuellos de botella en la capacidad de evacuación, indican los analistas.