El presidente electo comienza a darle forma a su futuro gobierno; suenan candidatos para los cargos claves del tesoro, la diplomacia y el comercio
La primera elección de Trump fue un anticipo de ese rasgo: Susie Wiles, su jefa de campaña, y una outsider que hizo casi toda su carrera en la política en Florida, será su jefa de gabinete. Es la primera vez que una mujer manejará los hilos del gobierno federal.
En un comunicado, Trump dijo que Wiles es "dura, inteligente, innovadora y es universalmente admirada y respetada". Wiles cuenta de hecho con una buena reputación que va más allá de los límites del trumpismo. El exgobernador de Florida, Jeb Bush, que en su momento fue el principal rival de Trump en la nominación presidencial del Partido Republicano hace ocho años, dijo que Wiles era una "gran elección" para llevar el día a día de la administración.
Scott Bessent, un importante donante y recaudador de fondos de la campaña de Trump, aparece al tope de la lista para liderar el Tesoro, uno de los cargos más importantes del gabinete norteamericano. Bessent, un multimillonario del mundo de los fondos de inversión, es uno de los asesores de Trump en economía, y su nombre ha aparecido en la prensa como el candidato principal para suceder a Janet Yellen.
Otro multimillonario del mundo de las finanzas, John Paulson, también aparece como candidato para timonear la economía. Y un tercer nombre que circuló en la prensa es Robert Lighthizer, quien ya trabajó para el primer gobierno de Trump. El periódico Financial Times dijo sin embargo que Lighthizer volverá a liderar las negociaciones comerciales al como Representante Comercial de Estados Unidos, un cargo que ya tuvo en la primera adminisrtación trumpista.
Lighthizer fue la persona que se puso al hombro las negociaciones con México y Canadá que terminaron en la rúbrica del USMCA, el heredero del NAFTA. El proteccionismo comercial volverá a ser uno de los principios que guiarán la política económica del trumpismo.
Elon Musk también tendrá un papel crítico en la próxima administración. El presidente Javier Milei ya ventiló la idea de que será el Federico Sturzenegger de Trump, y llevará adelante una peinada del gobierno federal con el objetivo de reducir su injerencia en la economía, un ambicioso proyecto de desregulación y achicamiento del Estado.
Musk participó en la conversación telefónica entre Trump y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, según informó Axios citando algunas fuentes cercanas al presidente electo. La llamada telefónica se extendió por 25 minutos, y Musk dijo que continuaría apoyando a Ucrania con Starlink, su empresa proveedora de Internet satelital.
Más allá de estos puestos, el cargo de secretario de Estado es, para muchos, el más importante del gabinete. La persona elegida para manejar los vínculos con el resto del mundo deberá lidiar con dos guerras, en Ucrania y Medio Oriente, y un presidente que en el pasado ha tenido una relación tensa, por decir lo mínimo, con el resto del mundo occidental.
La persona más nombrada para asumir ese cargo es Richard "Ric" Grenell, uno de los principales asesores en política exterior de Trump. Educado en Harvard, Grenell fue embajador de Estados Unidos en Alemania, y ya sirvió como director nacional de Inteligencia durante el primer gobierno de Trump. De momento, es el único nombre que ha circulado con fuerza para uno de los puestos más importantes del futuro gobierno. Otros dos candidatos que se mencionan el senador de Tennessee, Bill Hagerty, quien se desempeñó como embajador en Japón, y el exasesor de seguridad nacional de Trump, Robert O'Brien.
Robert F. Kennedy (h.),quien bajó su candidatura presidencial para darle su respaldo a Trump, parece en camino de convertirse en el próximo secretario de Salud, pese a su activismo antivacunas. Aunque la dinastía Kennedy siempre ha buscado ampliar la cobertura de salud, Kennedy dijo que la ley conocida con el nombre Obamacare, que permitió el acceso a un seguro médico a unos 45 millones de norteamericanos, está en la mira.