El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes en el embarazo y puede aparecer en cualquiera de las etapas de la gestación. La zona afectada con mayor frecuencia es la parte baja de la espalda y el tercer trimestre es el el período en el que es más frecuente.
La zona lumbar tiene una curvatura natural hacia adentro, no obstante, la misma puede variar hasta 28 grados para compensar el peso producido por la barriga. De esta manera, aparece una condición fisiológica conocida como hiperlordosis lumbar, la que desaparecerá después del parto.
Esta causará cambios en las vértebras y los discos vertebrales, generando así la aparición del dolor. Por otro lado, el aumento en el tamaño del bebé provocará la necesidad de reajustar el centro de gravedad del cuerpo, por lo que las mujeres suelen inclinarse hacia atrás.
El dolor de espalda en el embarazo también se asocia a los cambios hormonales. Estudios han demostrado que una hormona llamada relaxina aumenta el rango de movimiento de las articulaciones sacroilíacas con la finalidad de adaptar la pelvis para el desarrollo fetal.
No existe una manera 100 % efectiva de prevenir la aparición del dolor, pero es posible disminuir su repercusión y hacer que el mismo sea tolerable. Todas las medidas estarán destinadas a reducir la presión que se ejerce en la zona lumbar y fortalecer los músculos ubicados en la misma.
Cuidar la postura
Corregir la hipercurvatura y mantener una postura correcta ayuda en gran medida a reducir el padecimiento. Procurar sentarse y pararse de forma erguida, buscando alinear toda la espalda con la parte inferior del cuerpo. Es importante no mantener la misma posición durante mucho tiempo para evitar el aumento de la presión sobre los músculos lumbares.
– Mantener la espalda recta y erguida.
– Elevar el pecho.
– Llevar los hombros ligeramente hacia atrás.
– No trabar las rodillas.
Adecuar lo que se usa durante esta etapa
Usar asientos que posean soporte lumbar y, a su vez, elevar las piernas para mejorar la circulación sanguínea. Por otro lado, el colchón que se vaya a usar para dormir deberá ser rígido, ofreciendo un soporte adecuado a la columna. Se recomienda dormir de lado, sobre todo del izquierdo, ya que le confiere al cuerpo gestante una posición más anatómica.
En cuanto a las prendas, usar zapatos de taco bajo que ofrezcan más estabilidad y sean cómodos. Los pantalones de maternidad ofrecen un soporte extra a la región lumbar.
Realizar ejercicio de forma regular
Ayuda a fortalecer todos los músculos del cuerpo, incluidos los abdominales y aquellos que le dan soporte a la columna. Hacer ejercicios durante los dos primeros trimestres del embarazo ayuda a reducir el dolor padecido en la etapa final.
Actividades como nadar, estiramientos y caminar son muy beneficiosas. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con el médico antes de iniciar cualquier rutina de entrenamiento.
No hacer mucho esfuerzo
Los movimientos bruscos y repentinos están contraindicados ya que pueden hacer que los músculos abdominales y lumbares se tensen, generando un gran dolor. Los movimientos cotidianos, como levantarse de una silla, deben realizarse con la espalda recta. Si se desea girar el tronco o levantar un objeto del piso hacerlo de forma pausada.