Curiosidades Nutrición

Lo que tenés que saber sobre las frutas deshidratadas

Las frutas deshidratadas son alimentos en los que a través de un proceso se elimina un gran porcentaje del agua que contienen. Esto se puede hacer al sol, siendo esta la forma más natural de lograrlo, aunque también se puede usar el horno o una deshidratadora.

Martes, 19 de Abril de 2022

El resultado es que el tamaño y el peso se reducen, puesto que el agua es un elemento que suma en estos aspectos. Podemos también hablar de una modificación en el sabor ya que suelen ser más fuertes o intensas en este último aspecto porque los azúcares ahora están mucho más concentrados. Es decir, se redujo el peso y el tamaño, pero la cantidad de azúcares no, por lo que tienen una mayor presencia por cada gramo del alimento.

¿Qué pasa con los nutrientes? Es exactamente el mismo caso del azúcar. Por ejemplo, si tenemos una manzana, que tiene un contenido importante de fibra, en especial cuando consumimos también su cáscara, y la deshidratamos, esta fibra no va a reducirse ni a aumentar. Sin embargo, lo que va a suceder es que va a estar más concentrada.

Lo que sí puede verse afectado son aquellos minerales o vitaminas que son hidrosolubles, o sea los que se disuelven en el agua. Como ya no tenemos agua, no hay un lugar en el que puedan permanecer, por lo que su cantidad sí se ve reducida.

Un ejemplo de una vitamina hidrosoluble es la vitamina C. Cuando cortamos una naranja en rodajas y eliminamos su contenido de agua, la deshidratamos a través de cualquier proceso, también estamos reduciendo el contenido de vitamina C.

En cuanto a las calorías, no es lo mismo comer 50g de una fruta deshidratada a comer 50g de una fresca. En la primera se ha eliminado el agua, por lo que esos 50g no incluyen este líquido, pero sí se tienen en cuenta sus otras propiedades, como azúcares, vitaminas y minerales.

Esto no quiere decir que la deshidratación aumente las calorías, pero sí eleva la cantidad de nutrientes por cada gramo. Una porción de 25g de fruta deshidratada, equivale a 100g de fruta fresca. O sea, si comés 100g de fruta deshidratada, en realidad estás consumiendo casi que cuatro veces la fresca.

Pero estas características no hacen que sean un buen remplazo para la fruta fresca. Por un lado, el consumo de agua es muy importante para el organismo, así que el aporte de este líquido que está en las frutas es muy valioso para el cuerpo y no podemos dejarlo de lado.

Además, hay que tener en cuenta esa concentración de azúcares en las deshidratadas. Como tienen una mayor presencia por cada gramo, es fácil superar la cantidad adecuada que necesitamos. Por eso, la recomendación es no consumir más de 50g al día.

La mejor forma de consumirlas es como un excelente snack o un complemento de algunos platos, en lugar de considerarlas como el remplazo de las frutas frescas o cualquier otro alimento. Una buena idea es aprovecharlas en las mañanas, ya sea al desayuno o como una merienda balanceada a media mañana.

Casi cualquier fruta puede pasar por este proceso y quedar bien. Sin embargo, la recomendación es hacerlo con las que tienen una textura más firme y no son tan fibrosas, como: ciruelas, frutillas, manzanas, peras, ananás, arándanos, bananas, kiwis y uvas. También podés convertir las deshidratadas en chips de frutas, cocinándolas en el horno o en una freidora de aire, cocinarlas hasta que queden crujientes.

La mejor forma de guardar las frutas deshidratadas es en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio y guardarlo en un lugar fresco, a temperatura ambiente y lejos de cualquier señal de humedad.

Métodos por si querés deshidratar tus propias frutas en casa:

– Deshidratación al sol: es la técnica clásica para lograrlo, la que usaban hace mucho tiempo para preservar algunos alimentos. Sin embargo, no puede hacerse en cualquier clima. Es necesario que la temperatura sea lo suficientemente alta para secar las frutas. Se recomienda, también, dejarlas sobre una reja o colgando de una cuerda, para que el aire fluya correctamente. Adicionalmente, hay que tener en cuenta a los insectos y que tarda un par de días.

– Deshidratación al horno: este es el método que mezcla la eficacia con el mejor tiempo. Calentá el horno a 60°C y mantené esa temperatura. Dejá las frutas cortadas en rodajas delgadas y dales vuelta cada 30 minutos, hasta que queden secas. Podés tardar entre dos y cuatro horas.

– Con un deshidratador: es la forma más sencilla, pero es necesario comprarlo. Es muy sencillo y permite secar varias al mismo tiempo.