Tomamos como referencia una de las camionetas que más crece en ventas, Ford Maverick, y la comparamos con el segmento de una tonelada. El veredicto
De un tiempo a esta parte, las camionetas compactas comenzaron a acaparar la atención de muchos usuarios. Fundamentalmente, la de aquellos que para el trabajo de carga anteriormente se inclinaban por una mediana, ya que muchas veces no precisaban de un vehículo de mayor porte para tales fines.
El crecimiento de este singular segmento de camionetas urbanas -en el que hay otros exponentes como Renault Oroch, Fiat Toro, y próximamente Chevrolet Montana- ha provocado también que los habituales usuarios de SUV vean con buenos ojos la versatilidad que este tipo de carrocerías brinda, con una adecuada habitabilidad y un generoso espacio para trasladar equipaje en la caja de carga.
Sin embargo, en el caso de la Ford Maverick, también se da un fenómeno particular. Es que, la chata del óvalo sobresale de ese pelotón por sus cualidades: es un poco más grande que las mencionadas y ofrece mejores aptitudes para la práctica off-road. Por eso la tomamos como referencia para hacer un comparativo con las medianas.
¿Cómo queda posicionada entonces frente a las tradicionales camionetas de una tonelada de carga? Lo averiguaremos a lo largo de esta nota.
Para comenzar, la camioneta Ford Maverick comparte plataforma con Bronco Sport. Ambos modelos llegan a nuestro país desde la planta mexicana de Hermosillo, pero poco tienen que ver entre si´ en disen~o y taman~o, ya que la camioneta es considerablemente ma´s larga que el SUV.
Si la comparamos con una camioneta mediana, por ejemplo con su hermana mayor Ford Ranger de producción nacional, la azteca es 28,7 centi´metros ma´s corta (5.072 mm), 7 cm ma´s baja (1.745 mm) y 12,9 cm ma´s ancha (1.979 mm), mientras que la distancia entre ejes es 14,4 cm menor (3.076 mm).
Si la finalidad del usuario será desplazarse mayormente en un ámbito urbano, esto supone una gran ventaja no sólo a la hora de maniobrar sino también para encontrar espacios para estacionar en la vía pública. Sin embargo, cabe aclarar que la carroceri´a de la Maverick es monocasco, es decir, que no tiene chasis de larguero como cualquier otra camioneta mediana, por ejemplo su hermana mayor Ranger.
Esto, lógicamente supone mayor robustez estructural para esta última, cuya capacidad de carga ronda los1000 kilos, mientras que Maverick ofrece poco más de 610 kilos.
No obstante, hay que destacar que el espacio interno de la caja de esta camioneta es prácticamente como el de una mediana: 1,38 m de profundidad, 1,35 m de ancho ma´ximo (sin los buches) y 51 cm de alto.
Lamentablemente, Maverick no viene equipada de serie con una lona marítima para proteger la caga:Ford ofrece -de manera opcional- una cortina metálica eléctrica para cerrar este espacio y convertirlo en un práctico baúl.
Si de espacio interior hablamos, el de la cabina de Maverick es adecuado. Adelante se sirve de butacas anchas y cómodas: la del conductor tiene movimientos ele´ctricos que incluyen el ajuste lumbar, mientras que la del acompan~ante se regula manualmente en altura. La posición de manejo es óptima y más cómoda que en una camioneta convencional.
Atra´s, pese a ser levemente más chica que una pick-up mediana, el espacio es generoso para los dos pasajeros de los laterales, ya que el del centro se ve perjudicado por el tu´nel de la transmisio´n y la forma del respaldo, que hace a su vez de un eventual apoyabrazos con portavasos.
Cabe destacar que debajo del coji´n, Ford Maverick oculta un práctico cajo´n para transportar objetos relativamente grandes. Otro detalle curioso es el revestimiento de goma que presenta el piso, presumiblemente más fácil de limpiar que una alfombra convencional.
Al tratarse de un vehículo fabricado en México y con principal destino de exportación el mercado estadounidense, le calidad es buena pese a la abundancia de pla´sticos duros, tal como ocurre con las chatas del segmento superior.
En el habita´culo se nota el esmero en el disen~o para atraer principalmente a un pu´blico joven, debido a las formas originales del panel de a bordo y la combinacio´n de colores, con apliques de distintas formas y tonos.
El apartado tecnológico está perfectamente cubierto con una pantalla de 8 pulgadas ubicada de manera flotante sobre el torpedo, adema´s de un gran tablero de instrumentos que mezcla otro generoso display digital con dos vistosos relojes analo´gicos.
Un aspecto que llama la atencio´n de este modelo es la gran cantidad de portaobjetos, especialmente los de los paneles de las puertas delanteras y la consola central. En esta última se destaca la singular selectora de cambios Rotary Shifter con la ya clásica ruedita que utilizan varios modelos de Ford, como Mondeo y Kuga, a la que lleva un tiempo acostumbrarse.
Está claro que el segmento de las camionetas medianas se ha convertido en una verdadera "carrera de caballos". Quitando las excepcionales versiones radicalizadas de algunos modelos como Toyota Hilux GR Sport (biturbodiésel de 224 CV), Volkswagen Amarok V6 (biturbodiésel de 258 CV) y Ford Ranger Raptor (naftera biturbo de 397 CV), la potencia de las opciones más civiles de este segmento oscila entre 180 y 204 CV, en todos los casos con motores turbodiésel.
Aquí la principal diferencia de Ford Mavericvk. Las dos versiones disponibles en nuestro mercado (sin tomar en cuenta la nueva, que es híbrida) cuentan con un motor naftero 2.0 turbo de ¡253 CV! con 38,8 kgm de torque, asociado a una caja automa´tica de ocho velocidades cuyo funcionamiento es muy correcto, aunque lamentablemente no tiene levas al volante ni la posibilidad de comandar la caja secuencialmente.
En comparación con las prestaciones de una camioneta mediana promedio, las de la del óvalo son realmenete notables. Por ejemplo, acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos (12 seg en una Ranger) mientras que la velocidad máxima está limitada en 178 km/h: una Toyota Hilux, por ejemplo,llega a 185 km/h.
Tambie´n son sorprendentes los registros de elasticidad del motor, que demoro´ 4,9 segundos para pasar de los 80 a los 120 km/h, mientras que esa performance en una pick-up de segmento superior ronda los 8,5 segundos: una interesante referencia para conocer las capacidades de esta camioneta a la hora de realizar un sobrepaso en la ruta.
Haciendo la salvedad del tipo de combustible, el rendimiento de la pick-up de Ford es más que razonable si tenemos en cuenta su potencia: en promedio puede recorrer 14,5 kilómetros por cada litro de combustible, cuando el de una camioneta mediana (Diésel) está por debajo de los 12 km/l.
El andar de la camioneta es propio de un SUV: ofrece buen confort de marcha y una gran aptitud para sortear las imperfecciones del suelo, gracias a que calza neuma´ticos Pirelli Scorpion ATR (medida 225/65 R17) orientados principalmente al uso off-road.
Pero su gran virtud es el comportamiento dina´mico y eso se lo debe a su ancha trocha y a las suspensiones traseras (independientes con resortes helicoidales) que le brindan mucha estabilidad en curvas exigentes.
La sensación al volante es también más agradable que en la mayoría de las camionetas de una tonelada: si bien muchas ofrecen dirección eléctrica, ninguna la suavidad de la chata de Ford. Otra virtud es que cuenta con frenos a disco en las cuatro ruedas y eso le permite -entre otras asistencias electrónicas- obtener buenas distancias de frenado.
Esta versión tope de gama de Maverick (Lariat) cuenta con un sistema de tracción integral de acople automático al que Ford denomina G.O.A.T (Go Over Any Type of Terrain, por sus siglas en inglés).
Se trata de un sistema que permite seleccionar hasta cinco modos de conducción (Normal, Eco, Deportivo, Resbaladizo y Arena) y que en función de la superficie modifica el desempeño del motor, la transmisión, el sistema de frenos y la dirección.
Si bien responde muy bien y la carrocería cuenta con correctos a´ngulos de entrada, salida y ventral (21,6°; 21,2° y 18,1°, respectivamente), no es el vehículo ideal para el uso off-road extremo: en este punto queda en desventaja frente a algunas camionetas medianas que ofrecen caja reductora y bloqueo de diferencial trasero.
A nivel seguridad, Maverick propone una larga lista de elementos que la empareja con muchos modelos de un segmento superior, entre los que se destacan los siete airbags, control de tracción y estabilidad, control electrónico de descenso, asistente de pre-colisio´n con deteccio´n de peatones y frenado automa´tico de emergencia, control automa´tico de luces altas y sensores de presio´n de neuma´ticos.
También se destaca la apertura de puertas con co´digo de seguridad a trave´s de un teclado ubicado en la parte exterior del parante B (sólo lo ofrecen algunos modelos de Ford) y el control de velocidad crucero, aunque lamentablemente este último no es del tipo adaptativo. Entre otros aspectos negativos también está la rueda de auxilio, que es de uso temporal.
En cuanto al precio y posicionamiento, la gama Maverick arranca en $10.990.000 con la opción XLT con tracción 4x2 y cierra con los $14.378.000 (mayo) ofrecidos por la analizada Lariat, cuyo valor de lista es curiosamente más económico que el de las versiones Ultra y Ranch de la Fiat Toro (ambas Diésel 4x4) que cuestan 14.749.700 pesos.
Si tomamos como referencia opciones con tracción 4x4 y caja automática de pick-ups medianas, Maverick está levemente por debajo de algunas versiones intermedias (con inferior nivel de equipamiento) pero sustancialmente por debajo de las tope de gama que ofrecen una dotación de confort y seguridad similar.
Dentro de la misma marca, la referencia es la Ranger (próxima a actualizarse) que oscila entre 14.968.000 y los $15.721.000 de las versiones FX4 y Limited, respectivamente.
Sin dudas, aquí también podemos consignar a la líder de este segmento, Toyota Hilux, que arranca en $15.670.000 (SRV) y culmina en $17.671.000 (SRX), o bien otros rivales de peso como Nissan Frontier Platinum ($16.486.100) y Volkswagen Highline (17.424.150 pesos).
Lógicamente, estos valores son ficticios ya que en la vida real los sobreprecios marcan entre un 20 y 30% más que los indicados por las terminales. No obstante, sirva el análisis de este modelo como referencia para quienes están decidiendo la compra de una pick-up y aún no tienen en claro si una compacta es la adecuada o el tipo de uso que le dará obliga a saltar de segmento.