Analistas La Columna de Antonio Ginart en Mnews Radio

El regreso de la condenada

¿Acaso no entiende que ya tuvo su tiempo en el poder? ¡Déjenos respirar, señora! 

Lunes, 6 de Mayo de 2024

Hoy quiero hablarles de alguien que, aunque ya no ostente la presidencia del Senado, sigue moviendo los hilos detrás de bambalinas: sí, me refiero a Cristina Fernández de Kirchner.

Parece que la señora ex presidenta no puede despegarse de todo el poder. Desde hace cinco meses, nos enteramos que sigue acechando todo lo que sucede en la Cámara alta. ¡Vaya a saber uno por qué! Con sus alfiles bien posicionados, como Oscar Parrilli, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, está armando su ajedrez político. ¿Y qué quiere? Pues nada menos que trabajar las medidas que propone el Gobierno.

¡Y no contenta con eso, ahora mete sus narices hasta en los diálogos de los senadores! ¿Acaso no entiende que ya tuvo su tiempo en el poder? ¡Déjenos respirar, señora! Pero claro, nadie suelta prenda sobre lo que se trama en los pasillos del poder, ni siquiera desde el Instituto Patria, esa suerte de covacha desde donde Cristina juega a ser Tiktokera y recibe a la Tota, a las jóvenes militantes ante el cuadro de Néstor. Todo tan patéticamente preparado.

Y para colmo, ahora sale a rasgarse las vestiduras con discursos grandilocuentes, criticando las medidas de un gobierno que lleva 5 meses, como si ella no tuviera responsabilidad alguna en el fracaso de las políticas que menciona. ¡Por favor, qué cinismo! ¿Acaso se olvida de los desastres económicos que dejó atrás?

Pero lo más preocupante es ver cómo intenta torcer la voluntad popular desde las sombras. Se jacta de tener a sus 33 senadores abroquelados, como si fueran peones en su tablero de ambiciones desmedidas. Y ahora, con el teatro de apoyo a algunos gobernadores, pretenden manipular la votación a su antojo. Creo que es una falta de respeto al pueblo argentino.

¿Qué podemos esperar de alguien que sigue jugando al poder como si fuera un juego de niños? Señora, déjenos avanzar. El país necesita soluciones, no más obstáculos. Y si esos senadores que usted maneja a su antojo tienen algo de dignidad y un poco de amor propio, deben pensar en el bienestar de todos, no en sus mezquinos intereses políticos y dejarse llevar de las narices.

Así que ya saben estemos atentos. La Señora, la condenada otra vez. No permitamos que el futuro de nuestro país se decida en oscuras reuniones de pasillo. Exijamos transparencia, exijamos responsabilidad. ¡Hasta aquí llegamos, Cristina es hora de que vuelvas, pero a Calafate!