Analistas La columna de Antonio Ginart

GPS electoral: Cómo encontrar a tu candidato en Mendoza

Lo que está pasando en Mendoza es un verdadero cambalache de sellos, frentes y alianzas que marean a cualquiera.

Martes, 16 de Setiembre de 2025

A ver, digamos la verdad: si un votante mendocino quiere seguirle el rastro a los políticos en las próximas elecciones, más que una boleta va a necesitar un GPS político actualizado. Porque lo que está pasando en Mendoza es un verdadero cambalache de sellos, frentes y alianzas que marean a cualquiera.

Arranquemos con algunos nombres conocidos. Luis Petri, que viene de la UCR, fue candidato a Vice Presidente de una de las pre candidatas del PRO, ahora aparece abrazado a Javier Milei como si toda la vida hubiera sido liberal libertario. 

Omar De Marchi, histórico Demócrata, luego del PRO, se hartó de la sociedad con el radicalismo y fundó La Unión Mendocina, ahora es funcionario de Milei. 

Álvaro Martínez, otro que se probó varias camisetas, pasó de ser PRO a tener su propio monobloque como La Unión Mendocinas y hoy coquetea entre Cambia Mendoza y la LLA.

Jorge Difonso también tiene lo suyo: arrancó en el Partido Demócrata, se acercó al Frente Renovador de Sergio Massa, después recaló en Cambia Mendoza y ahora es figura de peso en La Unión Mendocina. Y qué decir de Daniel Orozco, el ex intendente de Las Heras: radical de pura cepa hasta que le gustó más la idea de De Marchi, fue candidato a Vice Gobernador por la Unión Mendocina y ahora formó el frente Creer en Mendoza con vos junto a la UCDe.

José Luis Ramón merece mención aparte: saltó de Protectora a ser la gran sorpresa en el Congreso, después fue parte del Frente de Todos y después Unión por la Patria y ahora también junto al ex intendente de Las Heras en Creer en Mendoza con vos. Un verdadero "protector" de su propia carrera.

Y si hablamos de mareo, los peronistas se llevan el premio a la creatividad con los nombres: en cada elección le cambian la etiqueta al mismo envase. Pasaron del PJ al Frente para la Victoria, de ahí a Unidad Ciudadana, luego Frente de Todos, después Unión por la Patria y ahora Fuerza Patria. Cambian los rótulos, pero adentro nada cambia, es más de lo mismo.

Como si todo esto fuera poco, ahora aparece Provincias Unidas, un espacio nuevo que intenta seducir a quienes ya no saben dónde pararse. Una suerte de "tierra prometida" para políticos desencantados de sus viejas casas partidarias.

Ahora bien, la pregunta es: ¿cómo afecta todo esto a la credibilidad? Porque está bien que la política es el arte de lo posible, pero cuando un dirigente cambia tantas veces de bando, ¿en qué punto su discurso pierde peso? ¿Cómo creerle a alguien que ayer defendía una cosa, hoy otra y mañana quizá lo contrario?

El votante, con razón, se confunde y desconfía. Y no solo por los cambios de camiseta, sino porque después, cuando llegan al Congreso o a la Legislatura, muchos terminan presentando proyectos que nunca prosperan, o peor, quedándose callados y levantando la mano según convenga.

La verdad es que Mendoza tiene dirigentes capaces, con experiencia, pero esa gimnasia de andar saltando de casillero en casillero genera más sospechas que confianza. Y al final del día, lo que la gente quiere son propuestas claras, que se cumplan, y políticos que se planten en una vereda y no crucen a la otra cada vez que pinta el sol.

Porque de lo contrario, las elecciones se vuelven una especie de juego de las escondidas: vos votás a uno, y cuando lo vas a buscar cuatro años después, ya está disfrazado con otro traje.