El escándalo por la denuncia de presuntas coimas desata otra interna feroz en el Gobierno. En Manhattan preocupa el impacto económico y político.
Santiago Caputo sugirió, y pidió en la intimidad de Olivos, la salida de "Lule" Menem del Gobierno para cerrar el escándalo de las coimas. El "Pibe" se lo transmitió a Javier Milei como un consejo "profesional", al margen de su odio personal con el hombre fuerte de Karina Milei. Abonó una teoría de forma sencilla: "Muerto el perro, se acabó la rabia".
Karina le saltó a la yugular. Su respuesta fue contundente: "Lule se queda". El joven Caputo insistió el fin de semana y la "Hermana de hierro" repudió sus recomendaciones políticas. Karina suele decir: "Le tiene envidia". El revuelo reflejó el estado de shock de la Casa Rosada. Martín Menem fue el primer vocero oficial. Su aparición en TV fue un verdadero fiasco: dudoso, temeroso y con argumentos pocos serios. No pudo meter ni uno de los centros.
Encima, fue para el olvido el mensaje en X del propio Lule. Ocurrió a medianoche y fruto de una trifulca monumental en la cima del poder. Fue peor el remedio que la enfermedad. Recién el miércoles, Guillermo Francos intentó una defensa "profesional" en el Congreso. Repitió -con convicción- que era una "operación kirchnerista", y ahora Milei lo repite hasta el hartazgo.
Francos apareció cuando Karina -y precisamente los Menem- querían cepillarlo. El plan de la "Hermana de hierro" era reemplazarlo por Martín Menem y mandar lejos al funcionario: la Embajada de Londres.
La ductilidad de Francos, igual, no suturó las peleas internas. Los terribles pases de facturas continúan en el corazón del poder y todos desconfían de todos por las filtraciones. El Gabinete es un tembladeral y de eso no se escapa ni Toto Caputo.
Primero, Karina acusó a Santiago por la filtración. Lo incrimina de estar enfermo de poder. Después le apuntaron a Fernando Cerimedo, inventor de las tropillas digitales del propio Gobierno.
Cerimedo tiene una vieja cuenta pendiente con Diego Spagnuolo: desplazó a su mujer de un cargo en la Agencia de Discapacidad. También se la agarraron con Marcela Pagano.
El desconcierto es monumental: aún quedan por conocerse -figuran en sede judicial- medio centenar de audios del verborrágico ex amigo de Milei. Dicen que dispara y mancha a muchos funcionarios. Encima, las noticias judiciales son complicadas. Existe hermetismo, pero en Tribunales se conoce una cuestión: en otra causa archivada, existía ya constancia de encuentros entre Lule Menem y Jonathan Kovalivker, en la Isla de Nordelta .
Se trataría de una investigación preliminar sobre las polémicas licitaciones en la ANDIS. Al final, se archivó, pero -de casualidad- aparecieron testimonios donde se comenta y habla de esas visitas al lujoso chalet de los dueños de la Suizo-Argentina. También -en la denuncia- se habla de detalles ahora conocidos por los audios.
La cuestión la trató en su momento el juez Julián Ercolini. La recibió Sebastián Casanello y la investigaron los fiscales Ramiro González y Carlos Rívolo. Se archivó en su momento. En el texto de la denuncia -del año pasado- se habla, como en los audios de sobreprecios en la ANDIS, del fruto de negociaciones entre Spagnuolo, los hermanos Kovalivker y los funcionarios Menem. La denuncia la concretó la Fundación "Arco Social". Y dicen que la alentó Leila Gianni cuando trabajaba para Sandra Pettovello. En su texto habla de encuentros en la casona que Fernando Menem tiene también en Nordelta. Ahora, esos datos fueron reflotados por el fiscal Franco Picardi y el propio juez Sebastián Casanello. Por eso quieren todos los registros de acceso al barrio Nordelta.
También, en el "círculo rojo" trascendió una información muy sensible: se conoce que hace meses hubo una fiesta en lo de los Kovalivker y concurrió, con fuerte custodia, una figura de la política argentina. Hasta ahora, Spagnuolo está en silencio. Le prometió a su mamá "lavar el apellido". Pero por ahora no colaboró con Tribunales. Ya le dijo a su entorno: "Me voy a presentar como arrepentido". El tema recalentó las internas en el Gabinete y reflejó la endeblez de la Casa Rosada. Existe un "todos contra todos".
Karina no le perdona una al "Pibe": la SIDE que maneja Peaky Blinders se enteró por los diarios del affaire que paralizó a Milei. Martín Menem destrata al "Pibe" y Santiago tilda de "chorros" a todos los Menem. Sandra Pettovello acusa a los Menem de no cuidar a Javo, y Federico Sturzenegger arremetió contra la parsimonia de Mario Lugones.
Al "Coloso" también le pegan. Lo acusan de meterlo a Milei en aventuras que siempre tienen un alto costo político. Sus enemigos en el Gabinete lo llaman el "hombre de Atlantis", nunca más alejado de la Tierra. Encima, las cosas no le salen bien a Toto Caputo: tuvo que abonar tasas del 75% para frenar el dólar.
Los "lobos" de Wall Street observan con preocupación cuatro cuestiones políticas. Así surge de los "memos" secretos que circularon en Manhattan. Primero, no les agrada que vuelva "la cultura de los 90". Hacen alusión al clima de corrupción de la década de Carlos Menem. También están inquietos por la cuestión electoral. Apoyan a Milei, pero dudan del triunfalismo de los libertarios. Javo dice, exultante: "Arrasamos". En Manhattan insisten en que hay que ser más cautos. Saben que la elección del 7 de septiembre será complicada para los libertarios.
Tampoco les agrada la pérdida de autonomía de Toto Caputo. Conocen que Milei -anticipo de Clarín- está tomando polémicas y trascendentes decisiones solo y que después los "Toto boys" deben asumirlas como propias. La cuestión ya generó varias turbulencias entre Javo y Toto. El "rockstar" trata de hacerse el distraído.
Ocurre con el desaguisado intervencionista monetario que tiene en guerra a los banqueros con el ministro. Ayer, Morgan Stanley lanzó un Exocet: "Las últimas medidas recuerdan anteriores gestiones (kirchneristas) y contradicen la narrativa del presidente Milei".
El plan obliga a los bancos privados a suscribir bonos del Estado y financiar al Tesoro. Ese artilugio usó Domingo Cavallo en el gobierno de Fernando de la Rúa.
Por eso los alertas. Los banqueros dicen que el aumento del riesgo país -y la tensión en el dólar- refleja el dislate de la medida y el inocultable desequilibrio macroeconómico. Ayer, la plana mayor de ADEBA fue al CICYP para abrir canales de diálogo. La mesa liderada por Javier Bolzico estaba desbordada de banqueros. Estaban, entre otros, Fabián Kon, Juan Parma, Guillermo Laje y Gustavo Manríquez. Pero los "Toto boys" evitaron definiciones. Quieren eludir preguntas molestas e inquietantes.
"Toto" trata de obviar a los banqueros y así aplacar los ánimos del mercado. Poco sirvieron los frustrantes encuentros con Santiago Bausili. Por eso, en las últimas semanas, Pablo Quirno hizo otra ronda. Escuchó lamentos y terminó con un endeble pedido político: tiempo hasta las elecciones y promesas de medidas correctivas.
Así, repitió un slogan de campaña: "Es el riesgo kuka".
Los "Toto boys" prometen esas futuras medidas para noviembre. Las decisiones -en verdad- se pactaron con el FMI y formaron parte del acuerdo para aprobar la última revisión. Pero hay escepticismo. El poderoso Juan Nápoli se sinceró ayer en el CICYP: "Quieren que actuemos como bancos, pero así no se puede trabajar de banquero".

Así se desprende del informe que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, presentó ante el Congreso. El Fondo había pedido que la autoridad monetaria tenga un rol más activo en la compra de reservas.