Para hacer frente al dólar futuro, en caso de tener que pagar, el Banco Central emite pesos. Cuando se pagan gastos en dólares con pesos, los dólares salen del banco del cliente, no del Banco Central.
Hay algunos desconocimientos populares de cómo funciona hoy la economía. Uno de ellos está vinculado al dólar futuro, el mismo que en 2015 le trajo más de un dolor de cabeza a la administración kirchnerista, a quien se la denunció penalmente en una causa por administración fraudulenta. La causa fue cerrada en 2019 cuando el tribunal dictó por unanimidad que en los supuestos hechos denunciados no había existido conducta delictual alguna.
El Gobierno, en realidad, no está gastando dólares cuando se habla de dólar futuro, pero en las mesas de café de los bares porteños los parroquianos no se cansan de repetir que el ministro Luis 'Toto' Caputo se está 'fumando' las reservas que entraron al Banco Central por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También lo repiten varios políticos.
Los futuros funcionan con delivery, es decir, que no se operan los dólares, sino que las operaciones son siempre en pesos y en la jerga financiera son mark to market. En otras palabras, todos los días se acreditan o debitan pesos de acuerdo a cómo varía la cotización de los futuros. ¿Cómo funciona esto? Por ejemplo, si el precio del dólar futuro está en $ 1.360 para fin de agosto y alguien compra US$ 1.000 (un contrato es por US$ 1.000) al último día hábil del mes, en este caso el 29 de agosto, la operación final se concreta y tendrá un saldo a favor del comprador o del vendedor.
En ningún caso se entregan los dólares. Tampoco los pesos por el total. Siguiendo con el ejemplo, el valor en pesos sería de $ 1.360.000 por ese contrato. Lo que sí, para garantizar la operación, tanto el comprador como el vendedor, tienen que hacer un depósito que puede ser el 20% de lo que está en juego.
El Banco Central (BCRA) es el que vende esos futuros. Si el dólar sube emite pesos para depositarlos en las cuentas de garantía de los que compraron. Si el dólar baja, saca pesos de circulación de la cuenta de quien apostó por un dólar más alto.
Otro de los mitos está asociado a la venta de reservas producto de los gastos en turismo.
Cuando el BCRA compra dólares, como los compra con pesos, las reservas suben y también sube el precio de dólar. Y cuando el BCRA vende dólares, caen las reservas y cae la cantidad de pesos en circulación, porque recibe pesos a cambio de los dólares que ya vendió y salen de circulación.
Desde abril pasado hay una dinámica que cambió. El BCRA no aporta dólares a los bancos para que las entidades hagan frente a sus compromisos en dólares. Por lo tanto, cuando un argentino gasta en el exterior con tarjeta no está gastando dólares del BCRA, sino del banco donde opera.
Uno de los dilemas que tiene el Gobierno es por la acumulación de reservas. Es la famosa frase de la frazada corta: o se tapa la cabeza o se tapa los pies. Es que para comprar dólares tiene que emitir pesos y si lo hace, esos pesos en la calle presionan a la inflación y también al dólar.
Para los economistas privados, en los próximos meses la inflación se mantendrá por debajo del 2% mensual, bajará la tasa de interés, el dólar aminorará su marcha y el tipo de cambio mayorista terminará el año sin romper el techo de la banda cambiaria.
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El jefe de Gabinete afirma que el riesgo kirchnerista todavía persiste en los mercados. El ministro tildó de "ilógico" los rechazos de los decretos delegados en el Congreso.