Analistas Por Gabriel Zurdo

Escalada nuclear y tecnológica

Irán avanza en su proyecto nuclear y en ciberataques, elevando las tensiones con Occidente y aumentando el riesgo de una escalada regional sin precedentes.

Miercoles, 9 de Julio de 2025

El proyecto atómico de Irán tiene origen en los años cincuenta, respaldado por Estados Unidos. Durante décadas el desarrollo nuclear iraní ha estado bajo la mirada de Occidente, sobre todo desde la revolución islámica de 1979, cuando tomo el poder el ayatolá Jomeini.

Irán sostiene que no busca desarrollar armas nucleares, pero ha advertido que las amenazas podrían forzarlo a hacerlo. Su Líder Supremo sugirió que podría acelerar el enriquecimiento de uranio hasta niveles aptos para armamento, lo que eleva el riesgo nuclear en Medio Oriente.

Actualmente, Irán ha triplicado su producción de uranio enriquecido, superando el umbral necesario para fabricar armas nucleares, y según el OIEA, se encuentra a un paso técnico del 90% requerido. La situación se complica por la falta de transparencia del régimen iraní y la existencia de múltiples instalaciones nucleares, como la planta de Natanz.

En paralelo, el conflicto que involucra a Israel, Hamás, Hezbollah e Irán ha tomado forma de una guerra híbrida sin precedentes, combinando ataques convencionales y ciberataques. Ambos bandos poseen capacidad para interrumpir servicios, borrar datos y ejecutar espionaje.

Irán, que ha sufrido daños militares, podría intensificar sus ciberataques destructivos. En 2023, accedió sin autorización a sistemas de control de agua en EEUU, y sus grupos aliados intentaron tomar control de infraestructuras críticas en EEUU e Israel. Aunque no actuaron tras obtener acceso, los incidentes de ciberseguridad en Israel aumentaron un 24% en 2024, mayormente por acción de Irán y sus milicias.

Las campañas más relevantes han apuntado a la sociedad civil israelí, con operaciones disruptivas, hacktivismo y manipulación de información para influir psicológicamente. Incluyeron mensajes amenazantes a través de megafonía pública, sabotajes a métodos de pago y señales digitales con propaganda pro Hamás.

Los ciberterroristas han logrado impactar infraestructura crítica, empresas y organizaciones que apoyan a las Fuerzas de Defensa de Israel, incluyendo transporte, alimentos y servicios de emergencia. Irán ataca así todo el ecosistema que respalda el esfuerzo de guerra.

Claramente, todo el ecosistema de proveedores del sistema de defensa antimisiles, por supuesto, son un objetivo. Unas 3.000 empresas que prestan algún tipo de servicio de misión crítica a las Fuerzas de Defensa de Israel.

El ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán tiene implicancias de gran alcance que van más allá del conflicto inmediato, la respuesta de Irán sobre Israel y objetivos estadounidenses aumentan el riesgo de una escalada regional más amplia que involucre a varios países. El dominio del Estrecho de Ormuz, una ruta clave para el tránsito petrolero mundial, podría desencadenar una crisis económica mundial, un punto crítico por donde pasa diariamente casi el 20% del petróleo.

La red de proxys aliados de Irán, incluye a los Hutíes en Yemen, las milicias iraquíes, las facciones palestinas y Hezbollah en el Líbano para lanzar cohetes, misiles, realizar sabotajes y ataques encubiertos. El arsenal iraní incluye miles de misiles balísticos y una gran cantidad de drones, elementos clave de su estrategia de represalia.

Las ciber unidades de Irán, incluido el Instituto Mabna, coordinado por el CGRI, tienen como objetivo permanente a bancos, servicios públicos y sistemas militares estadounidenses e israelíes, procurando daños económicos y testimoniales, obteniendo miles de documentos israelíes sensibles o confidenciales incluyendo detalles sobre el programa nuclear israelí.