Gracias a ellos, hoy muchos van a perder el presentismo, un turno médico que esperaban hace meses, o una entrevista de trabajo que les podía cambiar la vida. Porque a estos gremialistas rancios les importa todo un carajo. Lo único que quieren es que nada cambie, seguir rascándose a costa del esfuerzo ajeno.
Tercer paro general en 14 meses. ¿Y todavía hay que explicar por qué la Argentina no despega? Mientras vos hoy estás laburando, rompiéndote el lomo, tratando de salir adelante y de bancar la parada como podés, los jerarcas de la CGT y los piqueteros de siempre deciden, otra vez, parar el país. ¿Por qué? Porque se les terminó la joda.
Sí, los mismos que estuvieron mudos durante el desastre económico de Alberto y Cristina -bah, de Cristina, si ella armó la fórmula con el títere a la cabeza- ahora se ponen "combativos". Nos comía la inflación y no se les ocurrió hacer paro. Al contrario, salieron a hacer una "marcha contra la inflación", ¿te acordás? Un chiste. Una payasada. Y ahora vienen a hacerse los defensores de los laburantes.
Pero claro, este gobierno no les da caja, no les acomoda familiares, no les deja meter ñoquis, entonces hay que hacerlo caer como sea. A los 15 minutos de gestión ya le estaban haciendo el primer paro. ¡Ni se había sentado Milei en la Rosada y ya estaban los bombos en la calle! ¿Y ahora van por el tercero?
Decían que la marcha de este miércoles iba a ser masiva. Que mínimo 30 mil personas. No llegaron ni a 10 mil. Porque la gente ya no se come el cuento. Porque la mayoría de los argentinos está harta de estos dinosaurios atornillados a un sillón sindical hace más de 20 años, viviendo como ricos con la guita que le sacan a los pobres. Autos alemanes, mansiones, tarjetas black... y ni un día de fábrica , de obra, ni una pala. en los últimos 30 años.
Otro que apareció es el procesado de Beliboni. ¿De qué trabaja Beliboni? ¿A quién le hace paro? ¿Quién lo eligió? Nunca un laburo en blanco, nunca un aporte, nunca un recibo de sueldo. Pero eso sí, cortando calles, organizando piquetes, manejando miles de planes para quedarse con guita. Un profesional del conflicto.
¿Y sabés cuánto nos cuesta este circo de paro general? Según la UADE, más de 208 mil millones de pesos. Casi 200 millones de dólares. Un 0,3% del PBI mensual. ¡En un solo día! Y solo Aerolíneas pierde 3 millones de dólares con las cancelaciones. ¿Qué gana el país con esto? Nada. ¿Qué soluciones proponen? Ninguna.
Gracias a ellos, hoy muchos van a perder el presentismo, un turno médico que esperaban hace meses, o una entrevista de trabajo que les podía cambiar la vida. Porque a estos gremialistas rancios les importa todo un carajo. Lo único que quieren es que nada cambie, seguir rascándose a costa del esfuerzo ajeno.
Pero hay algo que está pasando. Y no lo pueden frenar. El argentino de a pie está despertando. Está volviendo a esa cultura del trabajo que tenían nuestros abuelos, los que llegaron a este país con una mano atrás y otra adelante y lo hicieron grande. Hoy se vuelve a valorar el esfuerzo, la meritocracia, la libertad, la producción. Y eso no se para con bombos.
Este modelo sindical, prebendario, oscuro, ya fue. Está dando sus últimos manotazos de ahogado. Y si Dios quiere, va a terminar de morir de una vez por todas.
Porque esta vez, no van a ganar los de siempre. Esta vez, los que laburan de verdad no se van a rendir.