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Café con rosca: Arístides, medios y otras cosas

Una mesa, dos sillas. Todo lo necesario para desarrollar temas que mueven la aguja


Sabado, 15 de Marzo de 2025

"Ya es oficial, muchachos. Aunque el calendario diga que faltan algunos días o que la astronomía le quiera poner día y hora precisa al equinoccio, el otoño ya está entre nosotros", arrancó la tertulia el flaco. Es que el descenso de temperatura de este jueves y el pronóstico del tiempo para los próximos días le dan crédito a la alocución del escuálido político profesional del grupo. Además, al igual que los 'compañeros' y fiel al estilo de sus genes (con los dedos en 'v'), siempre busca tener un relato en el que apoyarse y desviar el foco de atención, más aún cuando la estrategia de fuego del día anterior empezó a hacer agua a las poquitas horas. 

Con el resto de los muchachos ya dispuestos en los lugares de siempre, Hernán, el mozo, trajo la comanda. También como siempre, dos cortados en jarrito para Gastón y el Innombrable, un café chico bien cargado para el flaco y un café con leche con una medialuna para el grandote.

"Es raro que mantengan los precios", dijo en tono de duda el grandote, mirando al mozo. "Es cierto que las variaciones han sido bajas, pero han sido y ustedes tienen los mismos precios desde diciembre", aclaró Gastón. "El mes que viene aumenta -respondió el mozo- ha habido algunos ajustes de precios entre los proveedores, pero dice mi jefe que se pueden amortiguar. A partir de ahora, dice, que los aumentos van a ser trimestrales. Con uno que otro retoque en medio". "Mientras no nos den un garrotazo como los carniceros de la Patagonia", se esperanzó el flaco. "¿Es posible que esté a 20 lucas el kilo de asado en Neuquén?", preguntó Gastón. "Si, y más arriba también -agregó el flaco- en algunas zonas del Norte neuquino y en el Alto Valle de Río Negro se vende a 22 lucas". "Se abusan por el desarrollo de Vaca Muerta", aportó el Innombrable. "Mejor dicho -aclaró el grandote- se abusan de la vaca muerta".

"Los que se 'comieron' el abuso fueron los organizadores del aniversario de la Arístides", dijo el grandote, mientras sopaba la medialuna. "¿Setenta mil personas dijeron que fue la concurrencia?", preguntó Gastón. "Y probablemente haya sido más -le respondió su amigo- pero los comerciantes no estaban muy contentos que digamos. Vendieron mucho menos que el año pasado. Algunos hasta un 40 por ciento menos". "¿La gente va a ver los shows y no compra?", lo inquirió el flaco. "Si, compra. Pero los organizadores acordaron con las empresas que sponsorean que pusieran sus stands en la calle y vendieran al público. Había barras de cerveza, fernet, gaseosas, bebidas energizantes y puestos de hidratación donde daban agua gratis. ¿A qué iba a entrar alguien a un comercio? Ni a pedir el baño, si lo hacían todo también en la calle", resumió el grandote. "¿Y los impuestos?", preguntó el flaco. "Los pagan los comerciantes que tienen su negocio todo el año", reflexionó Gastón.

"Hablando de impuestos, que lío se armó con el impuesto automotor", dijo el flaco, mientras le daba el último sorbo a su café y miraba de reojo al Innombrable. El amigo al que nadie llama por su nombre, en voz alta, anda en la rosca fuerte y sus amigos saben que, siempre, sabe.

Ni lerdo ni perezoso, el Innombrable tomó el guante y pasó a explicar, con su clásica frase de arranque: "La cosa es así muchachos. A todos nos jodieron, pero fundamentalmente a los legisladores. La mayoría porque no saben nada y otros tantos por obsecuentes. La ley impositiva aclara que para calcular el impuesto se toma como valor del vehículo el precio que publica la Dirección Nacional de Registro de Propiedad del Automotor. Pero, y ahí viene una parte de la joda, ante la posibilidad de que el organismo desaparezca o deje de publicar el indicador, el Ejecutivo puso en la norma que 'en tal caso', pero sin aclarar cuál es ese 'tal caso', podría tomar como base los precios que publica la Asociación de Concesionarios, ACARA. Ahí vino la otra parte de la historia, sin haber existido ningún 'tal caso', tomaron los valores de ACARA, que son un 40 por ciento más que los de la DNRPA". "Es decir, caímos como unos giles", graficó Gastón. "Ahora, los funcionarios tendrían que corregir sus declaraciones juradas -dijo, levantando los hombros y abriendo las manos, el grandote- y poner a sus vehículos el valor de ACARA, no los del avalúo fiscal". "En la mayoría de los casos - dijo Gastón- esos valores que pusieron son un chiste. Ni hablar del multifuncionario que 'se olvidó' de declarar diez propiedades". "Cuando estábamos nosotros, eso no pasaba", exclamó el flaco y arrancó un concierto carcajadas de las bocas de sus contertulios.

Cuando las risas se fueron apaciguando, el flaco tiró la frase que convierte todo en profundo silencio y alta expectación: "Tengo dos chismes mediáticos". A los muchachos les encantan los chismes de la farándula local y dejan todo de lado ante el más mínimo dato.

"Hay una radio cuyo nombre refiere a un medio de gran prestigio internacional que, dicen, está en remodelación y por lo tanto se mudó a un café. Si, como lo oyen, a un café. Y desde ahí estuvo transmitiendo. Haciendo los programas desde la mesa de un café, en pleno Centro. Luego de la experiencia, su director aseguró a algunos allegados que no le desagradó la idea y que analiza mejor quedarse en el café. Sirve de marketing y se ahorra una buena plata en el alquiler. El segundo chismecito, también lo involucra. Porque en ese mismo café, se reunió con el director de otra radio, también FM y que supo ser líder en audiencia en la provincia, pero ahora está muy devaluada. Algunos dicen que esa caída estrepitosa tiene que ver, puntualmente, con este director. Pero lo que más llama la atención, es que a este señor lo quiere 'trompear' todo el mundo en su radio. No lo soportan ni un poquito. Y la misma mañana en que se reunió con su colega en el café-radio discutió muy fuerte, pero muy fuerte, con la dueña de la radio. Por supuesto, no faltó quien sembrara dudas ante tal encuentro de colegas".

Boquiabiertos, los muchachos se quedaron pensando hasta que Gastón se golpeó la frente con la palma de su mano derecha y exclamó: "Muchachos, los dejo. Tengo que pasar por el sindicato a llevar unas donaciones para Bahía Blanca". "Ojo. Tenga cuidado a quién se las da", le dijo Hernán, el mozo, que seguía parado junto a la mesa, siguiendo atento la charla. Todos giraron para mirarlo y se excusó: "¿Qué quieren muchachos? Uno desconfía. Nunca me voy a olvidar del inspector Juárez de Berazategui".

Todos quedamos 'recalculando'. Si, todos. Incluido este humilde cronista, que ahora deja de contarles la charla para buscar en Google al inspector Juárez de Berazategui.