Ya que habían sobrevivido a la ola de calor, que el jueves era un poco más amable con los mendocinos, en lo que a temperatura se refiere, y que solo eran dos, Gastón y el grandote decidieron sentarse en las mesas de la vereda del café. Hasta Hernán, el mozo, se mostró sorprendido por la decisión de los muchachos. Pero en enero las cosas cambian. Sobre todo, en la desolada Mendoza.

"Cómo será que hay poca gente -dijo Gastón- que la municipalidad aprovecha estos días para pintar sendas peatonales y cortar calles, en plena hora pico, para hacer desrame de árboles y no genera caos en el tránsito". "Lo que no entiendo es esa red de color amarillo que pintaron en el cruce de San Martín y Colón", planteó el grandote y solo recibió como respuesta una mueca con la boca de parte de su amigo.

Un cortado en jarrito y un café con leche con una medialuna fue lo único que Hernán llevó a la mesa y cuando depositaba la comanda sobre la mesa no pudo evitar preguntar por el resto de los muchachos.

"Ayer hablé con el innombrable -respondió el grandote- y me dijo que se queda hasta el domingo en Punta del Este. Ya fue a todos los eventos que debía ir, pasando por el cumple de Pampita y la fiesta electrónica que auspició un mendocino, y ahora se va a Pinamar. Después va al casamiento de Calamaro y el jueves 30 lo tenemos aquí en la mesa".

"Si no fuera por el look y las arrugas de varios, te diría que está viajando en el tiempo -ironizó Gastón- Todo muy de los '90. ¡Hasta los apellidos! Las publicaciones de Instagram parecen la revista Gente. Vi una foto de un encuentro de mujeres, todas vestidas con los mismos colores claros. Todas hijas de influyentes empresarios y políticos de los 90. Varias de ellas mendocinas, incluso una presentando un vino, pero todas ya pasaron los cincuenta". "Es cierto. Ahora veremos qué pasa en la costa argentina. Por un lado, en Uruguay ya caretearon y algunos hicieron negocios, acá tendría que venir el momento de la rosca política. Pero casi no hay funcionarios o referentes del oficialismo o por lo menos no se muestran en zonas vacacionales. De por sí, son pocos y el jefe los tiene a raya con eso de andar mostrándose con la farándula. Sólo él puede y ya se gastó la cuota noventosa con la novia", resumió el grandote lanzando una carcajada.

"¡Si hablamos de noventosos, te tengo que contar lo que anda haciendo el flaco!", exclamó el Magistrado. NDR: A Gastón le dicen magistrado. Así lo apodan sus amigos porque si bien solo es secretario de un juzgado, su juez no va nunca y él hace todo el trabajo. "Se fue de vacaciones a Chile, tengo entendido. No me digas que está usando malla color verde fluorescente", pidió el grandote. "No se -respondió entre risas Gastón- El color de la malla no lo tengo, pero sí sé que fue a jugar un torneo de pádel". "¿A hacer qué? ¿De pádel? Otra vez juega al pádel", preguntó en tono de intriga el corpulento. "Si, con su amigo, el famoso pelado entrenador", agregó Gastón. "Obviamente, ¿A qué playa va?", preguntó irónico el grandote. "¡Al sector cinco de Reñaca!", exclamaron los amigos a dúo.

"Hasta las cosas que están pasando acá son bien de los noventa", aclaró el grandote, el lobista del grupo. Aunque él dice ser asesor legislativo, todos saben que es lobista. "Mientras todos estábamos mirando las fotos de vacaciones de los demás, se llevó adelante una muy secreta reunión en Chacras de Coria -comenzó su relato- Secreta por tres motivos. Primero, por el tema a tratar. Segundo, por el invitado de honor. Y tercero, por el muy alto perfil de los concurrentes. Y cuando te digo 'muy alto perfil', te digo 'muy alto perfil'. Esto pasó la semana pasada. Fueron más de veinte personas, no alcancé a contarlas, las que recibieron y financiaron la visita de la estrella de la noche. Se trató del único argentino, aún con vida, que cuenta con pruebas fehacientes que demuestran que fue abducido por extraterrestres". "¿Estuviste ahí? ¿Quiénes estaban? Tirá algún nombre ¿En serio lo chupó un ovni?", lanzó sin respirar Gastón. "Te dije que la reunión era secreta", respondió lacónico el grandote.

Gastón iba a seguir preguntando, pero lo distrajo una melodía que provenía del interior del salón comercial. Le sonaban muy familiar los acordes de bajo y guitarra, la pandereta y los golpes de batería del comienzo de la canción. Tan familiar que empezó a castañear los dedos, acompañando el ritmo, hasta que se oyó la voz de Gustavo Cerati cantando la primera estrofa.

"¿Cómo se llama esa canción?", preguntó el grandote. Y antes de que su amigo le respondiera, se oyó a Cerati cantar el estribillo. "De mi.solo lo que ves, conseguirás de mi. Anclado en 1990". Moviendo los pies, la cabeza y las manos, como si tocaran una batería invisible, los muchachos se entretuvieron hasta que, luego, terminaron llevando la charla para cualquier lado.

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