El plan de Milei de achicar el Estado y ordenar las cuentas fiscales no es una solución mágica,
Anoche, Javier Milei presentó su primer presupuesto ante el Congreso, un presupuesto que, según él, busca romper de raíz con el desastre fiscal que arrastra Argentina. Habló de un déficit cero como el eje fundamental para ordenar las cuentas públicas, reducir el riesgo país y, con eso, mejorar los salarios reales. Después de décadas de despilfarro, Milei plantea un ajuste necesario, despidiendo a empleados públicos y cerrando áreas estatales que solo hinchaban el gasto sin beneficiar a los argentinos de a pie.
Ahora, Milei fue claro: 2025 será el primer año con superávit fiscal en mucho tiempo. Esto debería reducir las tasas de interés y atraer inversiones, lo que finalmente generará un crecimiento real y no la falsa bonanza que vimos durante los años del kirchnerismo. Porque, seamos sinceros, entre Néstor y Cristina, gobernaron 16 años, y esas ideas de un Estado omnipresente, gastando sin control, nos trajeron hasta la crisis actual. El modelo que defendieron y siguen defendiendo fracasó. No lo digo yo, lo dice la realidad económica del país: inflación descontrolada, deuda monumental y pobreza creciente.
Cristina, en su última aparición, criticó duramente a Milei, acusándolo de gobernar para los poderosos. Pero, ¿qué más esperábamos que dijera? Su gobierno es responsable de gran parte del desastre que hoy enfrentamos. Dieciséis años en el poder no son poca cosa, y las políticas que llevaron adelante nos dejaron en esta situación. Pretender que en 10 meses Milei solucione lo que se hizo mal durante más de una década es absurdo.
El verdadero debate es si seguimos con las ideas de siempre o nos animamos a algo nuevo. El plan de Milei de achicar el Estado y ordenar las cuentas fiscales no es una solución mágica, pero al menos es un camino claro para evitar el colapso total. Ya sabemos lo que pasa cuando el Estado lo acapara todo: hoy lo estamos pagando todos los argentinos.