Analistas La columna de Antonio Ginart

¿Qué hará Maduro si pierde las elecciones?

 La historia reciente nos ha enseñado que los regímenes autoritarios rara vez ceden el poder voluntariamente. 

Viernes, 26 de Julio de 2024

Venezuela lleva años sufriendo una crisis política y social de dimensiones épicas, marcada por la represión, la corrupción y el empobrecimiento de su población. El régimen de Nicolás Maduro ha sido el protagonista de esta historia oscura, manteniéndose en el poder a pesar de la creciente oposición y del clamor popular por un cambio. Las próximas elecciones presidenciales representan un momento crucial para el futuro del país y, según las encuestas, la oposición podría ganar por un amplio margen. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿qué hará Maduro si pierde las elecciones?

No es un secreto que el chavismo ha contado con el apoyo de algunos gobiernos en la región, quienes han sido cómplices de su permanencia en el poder. Países como Cuba y Nicaragua han mantenido una relación cercana con el régimen, ofreciendo respaldo político y logístico. Incluso en tiempos de crisis, estos aliados han cerrado filas, protegiendo al chavismo de la presión internacional. Es preocupante pensar en cómo estos vínculos podrían influir en la transición democrática que muchos venezolanos anhelan.

El paralelismo con Argentina y el Kirchnerismo es inevitable. Ambos países han experimentado gobiernos que priorizan el control estatal sobre la economía, una retórica populista y un manejo cuestionable de los poderes del Estado. Sin embargo, Argentina ha demostrado una mayor capacidad de recuperación democrática, con instituciones más sólidas que han resistido la tentación autoritaria. La alternancia en el poder y una prensa relativamente libre han permitido que el país encuentre un camino hacia la estabilidad, a pesar de los desafíos económicos y sociales.

En Venezuela, la situación es más sombría. Con un sistema judicial y legislativo cooptado por el gobierno, las posibilidades de una transición pacífica y ordenada parecen remotas. Maduro ha demostrado ser un líder que no teme recurrir a la represión y la manipulación electoral para mantenerse en el poder. ¿Qué nos hace pensar que esta vez será diferente?

El escenario es incierto. La historia reciente nos ha enseñado que los regímenes autoritarios rara vez ceden el poder voluntariamente. Sin embargo, la presión internacional y la movilización de la sociedad civil podrían jugar un papel crucial en este proceso. La comunidad internacional debe estar preparada para responder con firmeza y apoyar una transición democrática, garantizando que el pueblo venezolano pueda expresar su voluntad en las urnas sin miedo a represalias.

Mientras tanto, los venezolanos dentro y fuera del país observan con esperanza y ansiedad. Para muchos, estas elecciones representan una oportunidad de oro para recuperar la libertad y la dignidad perdida. Pero la pregunta persiste: si la oposición gana, ¿respetará Maduro los resultados? Solo el tiempo lo dirá, pero la historia nos recuerda que la lucha por la democracia nunca es fácil ni garantizada. La esperanza es lo último que se pierde, y en Venezuela, es lo único que queda.