En 1964, Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, recibió un encargo publicitario: crear una historieta que promocionara
En 1964, Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, recibió un encargo publicitario: crear una historieta que promocionara una marca de electrodomésticos. El proyecto nunca se concretó, pero de aquel borrador quedó un personaje que terminaría marcando la cultura argentina y mundial: Mafalda. La niña curiosa, irónica y rebelde nació en las páginas de la revista Primera Plana y rápidamente conquistó a los lectores por su manera de cuestionar a los adultos y de interpelar, con humor, la realidad política y social.
Con su mirada crítica sobre el mundo, Mafalda trascendió las tiras cómicas para convertirse en un símbolo de pensamiento, libertad y justicia social. Traducida a más de treinta idiomas y leída en todos los continentes, la creación de Quino se volvió eterna: un espejo en el que generaciones enteras reconocen sus dudas, sus miedos y sus sueños. Lo que nació casi por casualidad como un trabajo menor, terminó siendo una de las obras más influyentes de la historieta universal.
El propio Quino decía que Mafalda era una manera de expresar lo que él pensaba del mundo, pero con la frescura de una niña que no acepta respuestas vacías. Rodeada de personajes entrañables como Susanita, Manolito, Felipe o Libertad, la historieta logró reflejar las contradicciones de la sociedad argentina de los años 60 y 70, pero con una vigencia que se mantiene hasta hoy. Mafalda no solo hizo reír, también enseñó a pensar, y por eso se ganó un lugar definitivo en la memoria colectiva.

El hallazgo del cráneo Yunxian 2 sugiere que Homo sapiens y neandertales coexistieron mucho antes de lo pensado.