La magistrada removida presentó una denuncia penal contra funcionarios de San Isidro por "ocultamiento de prueba" y "falsedad ideológica". En paralelo, sigue adelante el jury de enjuiciamiento en su contra.
La jueza suspendida del caso Maradona, Julieta Makintach, lanzó una contraofensiva judicial. A través de su abogado Darío Saldaño, denunció penalmente a funcionarios del Ministerio Público de San Isidro por "falsedad ideológica de instrumento público, abuso de autoridad y ocultamiento de pruebas".
El escrito, dirigido al Procurador General Julio Conte Grand, sostiene que imágenes incluidas en la causa fueron plantadas a su esteticista, quien niega haber entregado el material. La defensa afirma que el acta y la citación de la testigo fueron restringidas durante tres meses, lo que constituye un ocultamiento de prueba.
Makintach asegura que los fiscales "armaron la causa" en su perjuicio y pidió que la denuncia se sortee en otro departamento judicial para garantizar imparcialidad. "No me callo", expresó la jueza, acusando a los investigadores de maniobras ilegales y de espionaje.
En paralelo, continúa el jury en la Comisión de Enjuiciamiento, que este miércoles retomará las audiencias. El tribunal ya había suspendido a la jueza a fines de agosto, rechazando sus planteos de nulidad. Sin poder renunciar, la magistrada percibe el 40% de su salario mientras enfrenta la acusación.
"No voy a permitir más atropellos. Ya no guardo más silencio", declaró Makintach, quien calificó de "absurda y promiscua" la actuación de los fiscales de San Isidro.