El turismo en Mendoza atraviesa un año difícil, con una ocupación hotelera que no logra repuntar y un contexto marcado por la informalidad en el alojamiento.
El turismo en Mendoza atraviesa un año difícil, con una ocupación hotelera que no logra repuntar y un contexto marcado por la informalidad en el alojamiento y la falta de visitantes extranjeros como en temporadas anteriores. Así lo explicó Marcelo Rosenthal, presidente de la Cámara Hotelera de la Provincia, en una entrevista con MNews Radio, El Observador SEO.
Según Rossental, "la ocupación hotelera en Mendoza ciudad sigue estando en las mismas condiciones: el turismo internacional es magro y el turismo local también". A la baja afluencia de chilenos y brasileros que históricamente impulsaban la actividad, se suma la competencia de alojamientos informales -casas y departamentos sin regulación- que impactan especialmente en los hoteles de una y dos estrellas.
En relación con la demanda proveniente de Chile, el empresario señaló que si bien se observa algo de movimiento, los números no se traducen en ocupación hotelera. "El público chileno no es ABC1, utiliza hoteles de gama baja y media, que son los más afectados por el alquiler informal", advirtió. Por su parte, los visitantes de Brasil continúan llegando, aunque en menor medida que en años anteriores, con un perfil que se concentra en hoteles y lodges de lujo en el Valle de Uco, mientras que el turista que completaba las estadías en la ciudad ha dejado de elegir Mendoza como destino.
Uno de los puntos más críticos es la baja tasa de ocupación. Rossental fue contundente: "Para que un hotel funcione normalmente, pagando solo costos operativos, necesita un 50% de ocupación todos los días del año. Hoy no se llega a ese promedio". El nivel ideal, cercano al 70%, permitiría dinamizar las actividades vinculadas al turismo, pero la realidad está muy por debajo de ese escenario.
Respecto a la competitividad, el presidente de la Cámara Hotelera explicó que las tarifas en dólares se mantienen en niveles históricamente bajos, lo que posiciona a Mendoza como una plaza competitiva en precios. Sin embargo, advirtió que el alojamiento por sí solo no basta para atraer turistas: "No es solo el hotel, también deben acompañar los pasajes, los traslados, la gastronomía y toda la oferta turística. Todo tiene que estar ajustado para que un destino sea atractivo".
Finalmente, Rossental remarcó que las empresas del sector están resistiendo como pueden, con ajustes permanentes y sin llegar a los niveles de ocupación necesarios para garantizar rentabilidad. "Todas las empresas están poniendo dinero o ajustando donde tienen que ajustar para sostenerse en medio de la crisis", concluyó.