El presidente de la Federación de Almacenes, Fernando Savore, analizó el impacto de los últimos datos de inflación y el comportamiento de las empresas proveedoras en el mercado. Según explicó, hasta julio se mantenía una relativa meseta en los aumentos, pero en agosto se registraron subas muy fuertes en productos de consumo masivo.

"Nos mandan aumentos del 9% en golosinas, enlatados, galletitas, fideos y mermeladas, sin explicación y sin lista de precios", señaló Savore.

Frente a este escenario, los almaceneros nucleados en la Federación decidieron no convalidar compras a determinadas empresas. Con más de 60.000 locales en todo el país, buscan generar un freno a lo que consideran incrementos abusivos.

"Esto es especulación pura. Es un abuso, son formadores de precios", advirtió.

El dirigente también destacó que el consumidor se volvió más selectivo, priorizando ofertas y productos de pymes que ofrecen alternativas hasta tres veces más baratas que las marcas líderes. Un ejemplo claro es el del pan lactal: mientras una primera marca supera los $6.500, un pan elaborado por pymes puede conseguirse por $2.500.

"El que decide es el cliente. Hoy una gaseosa de primera marca cuesta más de $4.000, pero una pyme ofrece la misma medida a $1.500", explicó.

Savore remarcó que los aumentos generalizados no siempre responden a problemas de insumos o logística, sino a estrategias especulativas de grandes empresas que buscan sostener márgenes de rentabilidad aun cuando el dólar baja o la inflación se desacelera.

En este contexto, el sector almacenero apuesta por sostener el abastecimiento con productos alternativos, evitar el stockeo excesivo y reforzar la cercanía con el consumidor, que cada vez más opta por precios accesibles y marcas locales.