Vivían hace casi 10 años en la Cuarta Región, pero tras los incidentes en el partido por Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile sufrieron balaceras, amenazas y agresiones. Ahora se refugiaron en Mendoza.
Una familia argentina que residía en Chile desde hace casi una década decidió abandonar todo y regresar a Mendoza luego de ser víctima de ataques armados y amenazas de muerte tras los incidentes en el partido por Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile.
El relato fue dado a conocer por Maxi, uno de los integrantes de la familia, en diálogo con Radio Nihuil. Según explicó, los agresores identificaron a la familia por ser hinchas visibles del "Rojo", con insignias y stickers en sus vehículos.
"Somos una familia de hinchas de Independiente de hace más de 100 años. Todos nos conocen porque siempre lo hicimos visible y jamás tuvimos un problema. No somos delincuentes, somos trabajadores", expresó.
La violencia comenzó la misma noche del partido con incidentes. "Fueron a la casa de mis padres, le dispararon al frente y a la camioneta", contó Maxi. La situación se agravó con amenazas enviadas por redes sociales, incluso contra su hijo y su esposa.
Su padre llegó a radicar la denuncia, pero los mismos Carabineros le sugirieron que abandonaran la vivienda por unos días ante la escalada de hostilidades. "Mientras hacía la denuncia le llevaban videos de cómo pasaban frente a su casa a insultar y amenazar", relató.
Ante el clima de miedo, la familia eliminó sus cuentas en redes sociales y resolvió regresar a la Argentina, refugiándose en Las Heras, donde los recibieron parientes cercanos.
Según contó Maxi, allegados vinculados a las hinchadas les advirtieron que barras de Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica se habían unido "para vengarse de los argentinos" tras los incidentes deportivos.
"Dicen que a cualquier persona con una camiseta de Argentina le iban a pegar igual. A nosotros nos gusta el fútbol y somos todos hinchas de Independiente, pero nunca hicimos problema", aseguró.
La decisión de volver no fue sencilla: si bien su esposa no quiere regresar a Chile, uno de los hermanos de Maxi tiene discapacidad y depende del programa Teletón para su tratamiento.
"Es muy duro dejar todo después de 10 años. Teníamos casa y trabajo allá, pero no podemos arriesgar la vida de nuestra familia", cerró conmovido.