En busca de la verdad
En busca de la verdad
Gabriela Agostini se emociona cada vez que ve un escuerzo. Es doctora en Cs. Biológicas y coordina el grupo Conservación de Anfibios en Argentina (COANA), una organización de investigadoras y comunicadoras que busca proteger a esta especie, entre otras. Para cumplir con la tarea, trabajan con las comunidades y apuntan a la desmitificación de un animal que tiene fama de maligno.
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Gabriela Agostini, oriunda de La Plata, no pudo contener las lágrimas al ver un escuerzo en 2005, luego de buscarlo durante seis años. Pero no fue por miedo, sino por la emoción que le produce este anfibio. Su interés por la biología surgió casi por casualidad en la universidad, pero fue en una noche de primavera en la Reserva Natural Punta Lara donde descubrió su verdadera pasión por los anfibios, enamorándose de su sonido y del ambiente que los rodea.
Tras doctorarse y realizar estudios en Estados Unidos, Agostini regresó a Argentina en 2015 como investigadora del Conicet. Ese mismo año, creó "Gigante de las Pampas", un proyecto dedicado al estudio y conservación del escuerzo (Ceratophrys ornata). Además, coordina otros proyectos de conservación de anfibios a través de COANA.
Los escuerzos, de gran tamaño y apariencia llamativa, son el objetivo de Agostini y su equipo durante las noches. Se guían por su canto característico, y su trabajo a menudo implica largas caminatas, exposición a mosquitos e incluso sumergirse en el agua.
"Gigante de las Pampas" es también una iniciativa de ciencia ciudadana que busca recopilar información sobre la distribución del escuerzo, la cual se ha reducido drásticamente. En la actualidad, solo existen poblaciones estables en dos áreas de Argentina, asociadas a una mejor conservación de los pastizales. El proyecto busca proteger estos refugios, rescatar ejemplares y educar a la población sobre la importancia de estos animales.
Agostini lamenta la mala fama que persigue al escuerzo, alimentada por cuentos y mitos. A pesar de su aspecto y comportamiento cazador, insiste en que no son venenosos ni peligrosos para las personas o animales domésticos. Para ella, son criaturas extraordinarias que le producen una gran emoción.
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Desde 1882, Casa Breyer ha sido un referente en la venta y alquiler de pianos en Argentina. Fundada por inmigrantes alemanes, la empresa ha servido a renombrados artistas como Martha Argerich y Paul McCartney.
