Julieta Makintach, la jueza suspendida tras el fallido juicio por la muerte de Diego Maradona, presentó su descargo ante la Comisión Bicameral de Enjuiciamiento de Magistrados de la Provincia de Buenos Aires en el marco del proceso de jury que enfrenta por el escándalo del documental Justicia Divina.

A través de su abogado, Darío Saldaño, Makintach sostuvo que los demás integrantes del tribunal y sus superiores estaban al tanto de la presencia de las cámaras, que las había informado por vías informales y que las grabaciones no comprometieron el debate. Aseguró, además, contar con chats que respaldarían su versión.

La magistrada ya había presentado su renuncia, aunque el gobernador Axel Kicillof aún no la aceptó. De no hacerlo en las próximas dos semanas, el proceso de jury continuará y el desenlace probable sería la destitución. La presidenta de la Suprema Corte bonaerense, Hilda Kogan, debe convocar a la reunión que definirá la admisibilidad de la prueba, tras lo cual la jueza no podrá apartarse voluntariamente.

Makintach enfrenta acusaciones de "mal desempeño", "incumplimiento de deberes" y "posibles delitos", presentadas por dirigentes y abogados como Julio César Coria, Florencia Arietto y Fernando Burlando, entre otros, además de la Procuración. Los denunciantes señalan que participó en grabaciones no autorizadas, utilizó recursos públicos con fines comerciales y vulneró la imparcialidad de su rol.

El escándalo estalló cuando se reveló que durante el juicio se filmaban escenas para un documental sobre el proceso. Tras hacerse públicos los registros y el guion, el juicio fue anulado y Makintach suspendida. Actualmente, enfrenta además una causa penal en San Isidro.

Mientras tanto, la defensa de la jueza apuesta a desactivar las acusaciones tanto en el jury como en la investigación judicial. En paralelo, insiste en que su renuncia evidencia la voluntad de apartarse en forma definitiva del cargo.