El piloto argentino paró en las vueltas 14 y 37: en ambas los mecánicos tardaron 7 segundos.
El Gran Premio de Hungría fue una jornada para el olvido para Franco Colapinto, quien no logró encontrar ritmo ni eficacia en boxes con su equipo Alpine. El joven piloto argentino tuvo una carrera cuesta arriba desde el inicio, donde perdió cuatro posiciones tras la largada, y luego sufrió dos paradas lentísimas en boxes que lo relegaron al fondo del clasificador.
La primera detención ocurrió en la vuelta 14, cuando Colapinto marchaba en el puesto 19, solo por delante de Nico Hülkenberg (Sauber). En esa parada, los mecánicos montaron neumáticos duros pero la acción se extendió a 7 segundos, una eternidad en la Fórmula 1. "Dios mío", se lo escuchó decir al argentino por la radio del equipo, visiblemente molesto al volver a pista en el último lugar.
La historia se repitió en la vuelta 37, con otra parada de 7 segundos que volvió a comprometer su rendimiento. Tras esa segunda detención, Colapinto cayó nuevamente al 20° lugar, sin posibilidad de remontar posiciones en una carrera que ya venía complicada por el bajo rendimiento del monoplaza.
El pilarense, que sigue sumando experiencia en la máxima categoría, no pudo lucirse en una jornada en la que las fallas del equipo Alpine pesaron más que su manejo.