Argentina Historias de vida

Henry Ford: el visionario que transformó un taller en Detroit en el motor del cambio global

Una apuesta arriesgada, el respaldo de un comerciante inesperado y una cadena de producción que cambió el mundo resumen una vida marcada por la perseverancia

Viernes, 1 de Agosto de 2025

Henry Ford transformó un taller improvisado en una revolución industrial y, a pesar de dos fracasos iniciales, cambió la historia del transporte al desafiar a la élite con un automóvil pensado para el obrero. Su legado, a 162 años de su nacimiento, se mantiene vigente.

En los primeros años del siglo XX, los autos eran objetos de lujo, reservados únicamente a la alta sociedad. Ford sostenía que el progreso debía estar al alcance de todos, no solo de unos pocos privilegiados. Defendía la democratización de la tecnología y creía que el trabajo mecánico podía dignificarse mediante una organización diferente. En esa época, dejó una de sus frases más recordadas: "Cuando todo parece ir en tu contra, recuerda que el avión despega con el viento en contra, no a favor".

Según precisó National Geographic, Ford recibió el rechazo de bancos, la burla de inversores y el escepticismo de una élite que veía a los autos como objetos de lujo. Conforme al Ford Media Center, un día tuvo la oportunidad de llevar a un rico comerciante de madera, William H. Murphy, en un viaje de tres horas y media. Ese trayecto le permitió obtener su primer respaldo financiero.

En 1908, según detalló la página oficinal de la firma, Henry Ford hizo posible su sueño de producir un vehículo que fuera accesible, seguro y eficiente para todos con la llegada del Modelo T. Este automóvil marcó el inicio de una nueva generación para el transporte personal, ya que era fácil de manejar y mantener en buen estado.

Para 1913, la Ford Motor Company implementó por primera vez en la industria automotriz un sistema de producción en cadena. Lo que antes tomaba más de 12 horas de trabajo pasó a producirse en menos de dos. Aquel año, el Ford T salió al mercado a un precio de 850 dólares, y una década después valía menos de 300. En otras palabras, millones de personas pudieron comprarse un automóvil por primera vez.

El 5 de enero de 1914, Ford sorprendió al mundo tras anunciar, en una rueda de prensa, que duplicaría el salario de sus trabajadores. Según National Geographic, otorgaba cinco dólares diarios por ocho horas de trabajo, más del doble que el mínimo existente. El gesto era estratégico: con mejores salarios, lograba una menor rotación y mayor productividad.


La empresa avanzó a pasos agigantados. En 1915, Ford anunció la fabricación del automóvil un millón. En 1916 admitió el ingreso de mujeres trabajadoras en sus fábricas.

Desde entonces, la compañía se dedicó a revolucionar la industria con modelos tan icónicos como el Mustang, el Ford Bronco, la Lobo y la Maverick, que marcaron y fueron parte de generaciones enteras.

Pero más allá de los grandes productos que forman parte de este legado, Henry Ford es considerado "el padre de la industria automotriz" por la forma en que transformó la producción en masa. Dejó una compañía con un objetivo que, hasta ahora, sigue en pie: ayudar a construir un mundo mejor, donde todos sean libres de moverse y cumplir sus sueños.

Hoy, más de un siglo después de aquel primer intento en Detroit, la influencia de Ford sigue presente en la cultura del trabajo, la industria global y la movilidad moderna. Su visión empresarial, basada en la eficiencia y la accesibilidad, no solo redefinió el transporte, sino también el vínculo entre tecnología e inclusión social. El viento en contra, que podría haberlo frenado, terminó por impulsar el despegue de una de las mayores transformaciones industriales del siglo XX.