En medio de crecientes tensiones internacionales y alertas internas, el Gobierno nacional avanza con una profunda reforma del sistema de seguridad presidencial, que incluye desde la instalación de un moderno sistema de videovigilancia hasta la incorporación de armas no letales, antidrones y tecnologías de reconocimiento facial.

Según trascendió, la licitación para renovar las cámaras de seguridad de la Casa Rosada, la quinta de Olivos y el Museo del Bicentenario ya fue aprobada por la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Karina Milei, tras la revisión técnica de Casa Militar. La instalación de los nuevos equipos comenzará en agosto y se espera que estén operativos a mediados de mes.

El nuevo sistema de videovigilancia -a cargo de una empresa nacional- reemplazará al actual, que data de más de 30 años y fue instalado durante el gobierno de Carlos Menem. La única condición impuesta fue evitar tecnología de origen chino o ruso: "No los queremos adentro de Olivos", dijeron fuentes del oficialismo.

Además de actualizar el monitoreo visual, el Ejecutivo planea modernizar al personal de seguridad. En particular, se busca profesionalizar a los soldados voluntarios que custodian el tercer anillo de la Casa Rosada, quienes actualmente no portan armas. Comenzarán a recibir mayor instrucción en defensa personal y manejo de pistolas "Byrna", que disparan proyectiles no letales y ya son utilizadas por la Policía de la Ciudad.

En paralelo, se incorporará un sistema antidrones similar al que utiliza la Fuerza Aérea, luego de que se detectaran sobrevuelos no autorizados sobre la residencia presidencial, el Congreso y la embajada de Israel. El protocolo incluye la posibilidad de neutralizar dispositivos mediante rifles especializados.

La Casa Rosada también evalúa adquirir una unidad móvil con tecnología de reconocimiento facial, que permita cruzar datos con registros de Renaper, Migraciones y organismos de seguridad para detectar personas con antecedentes penales en actos públicos. El objetivo es reforzar la protección en eventos donde el presidente Javier Milei suele interactuar con el público sin barreras de seguridad evidentes.

Según fuentes oficiales, esta adquisición estaría en manos de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), dirigida por Sergio Neiffert, y es considerada una compra "urgente" por el entorno presidencial. La iniciativa contempla también chequeos eléctricos y metálicos diarios en el despacho del Presidente, quien utiliza regularmente una remera de tejido antibalístico.

Las reformas coinciden con un escenario internacional delicado: el Gobierno reforzó los recaudos tras nuevas amenazas de Irán, formuladas en la víspera del aniversario del atentado a la AMIA. También se esperan cambios en los protocolos de viajes al exterior del jefe de Estado.

Además, el Ejecutivo busca evitar nuevos episodios de intrusión, como el ocurrido en 2024, cuando una mujer logró ingresar al predio de Olivos argumentando tener una cita con el Presidente. Estos hechos impulsaron a Casa Militar a exigir mayor equipamiento y autonomía frente a los custodios de la Policía Federal Argentina (PFA), con quienes mantiene diferencias operativas.