El juez Casanello citó a indagatoria a dos funcionarios de Casa Rosada que recibían dinero del empresario Martínez Sosa, el amigo de Alberto Fernández. Los diálogos entre la secretaria María Cantero y el intendente de la quinta de Olivos.
Luego de un año y medio de investigación, la Justicia dio por probado que en la maniobra de los seguros vinculada a contratos estatales se pagaron millonarias coimas. La causa, que involucra al ex presidente Alberto Fernández, derivó en su procesamiento junto al de más de 30 personas, entre ellos ex funcionarios, empresarios y operadores del sector asegurador.
Uno de los principales implicados es Mauro Tanos, ex gerente general de Nación Seguros. Promovido durante el actual gobierno y despedido tras estallar el escándalo, está acusado de haber recibido sobornos a través de un entramado de cooperativas, con las que blanqueaba los fondos obtenidos ilícitamente. Con ese dinero adquirió propiedades, vehículos, realizó viajes familiares e incluso compró plateas en el estadio de River.
Según la investigación a cargo del juez Sebastián Casanello, Tanos habría sido beneficiado a través de pagos realizados por aseguradoras como San Ignacio y San Cristóbal, ligadas a las pólizas contratadas por ANSES. Solo la cooperativa "7 de Mayo" recibió más de 376 millones de pesos, de los cuales 239 millones provinieron de San Ignacio, la empresa elegida a dedo por el ex funcionario Federico D'Angelo Campos. Los pagos se camuflaban como servicios de catering que nunca se comprobaron.
El origen de las pruebas más contundentes fue el teléfono celular de María Cantero, secretaria de Fernándezdesde sus inicios políticos. En los chats y fotos almacenados desde 2020, la Justicia encontró evidencia de entregas de dinero, coordinación de reuniones y pedidos de "favores" para funcionarios de alto rango.
En los mensajes, Cantero no solo daba instrucciones operativas: hablaba directamente de "nuestra PYME" para referirse al esquema de cobros ilegales junto a su pareja, el empresario Héctor Martínez Sosa, y al ex intendente de la quinta de Olivos, Daniel "El Gordo" Rodríguez.
La investigación reveló que Martínez Sosa era quien proveía los fondos que luego eran distribuidos entre funcionarios de Casa Rosada, como Ariel Palmieri y Hugo Paz, a quienes Cantero les entregaba fajos de dinero en mano. La fiscalía confirmó las entregas mediante conversaciones, fotos y la localización de los implicados.
"Las cooperativas eran el engranaje central para ocultar el origen del dinero", sostuvo el juez Casanello, quien además señaló que la participación de Fernández no fue meramente pasiva. Según la resolución, el ex presidente conocía las gestiones de su secretaria y permitió su continuidad, lo que derivó en su procesamiento por negociaciones incompatibles con la función pública.
En la resolución de más de 400 páginas, el juez detalló que existió un "trato frecuente y cercano" entre Fernández, Cantero y Martínez Sosa, acompañado de intercambios de favores, regalos y flujo de dinero que excedía una simple relación laboral.
Cantero y Fernández se conocieron en los años 80 en la Facultad de Derecho. Desde entonces, su vínculo fue estrecho y constante. "Era como amigos. Se peleaban, se amigaban, tenían demasiada confianza", contó un ex funcionario. Ese vínculo se convirtió en una plataforma para negocios con el Estado cuando Fernández asumió la presidencia en 2019.
"Gordo, si no hacemos guita con esto, somos unos pelotudos", escribió Cantero en un chat a Rodríguez en plena campaña presidencial, dejando en claro la intención detrás del regreso al poder.
Los contactos con gobernadores como Gustavo Melella y Roxana Bertone, y el control de las contrataciones de seguros en Tierra del Fuego, formaron parte del entramado. La empresa de Martínez Sosa, nacida en esa provincia, logró contratos millonarios tras la llegada del nuevo gobierno.
Además de los procesamientos ya dictados, la causa seguirá con nuevas indagatorias. Entre ellas, se destaca la del empresario Diego Nicolás Rosendi, también procesado, y la del ex gerente de compras de Nación Seguros, Marcos Eufemio.
Mientras tanto, Cantero sigue siendo una de las piezas clave. Su celular no solo destapó una red de corrupción, sino que, irónicamente, podría terminar de sellar el destino judicial del hombre a quien acompañó durante más de tres décadas: Alberto Fernández.