El expresidente está procesado por lesiones agravadas y amenazas. Ahora debe pronunciarse la querella y luego el juez definirá si eleva el caso a juicio oral.
El fiscal federal Ramiro González dio por concluida la investigación contra el expresidente Alberto Fernández en la causa por violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez, y comenzó los pasos formales para solicitar la elevación a juicio.
Según informaron fuentes judiciales, el fiscal considera cerrada la etapa de instrucción y, en línea con el Código Procesal, giró la causa a la querella -en manos de la propia denunciante- para que emita su opinión sobre si el expediente debe avanzar a juicio oral. Dado que Yáñez ha sostenido su denuncia desde el inicio, se prevé que su respuesta sea favorable a esa instancia.
Una vez recibido ese pronunciamiento, González formulará el requerimiento de elevación a juicio ante el juez Julián Ercolini. Luego será el turno de la defensa de Fernández, que podrá responder por escrito y eventualmente apelar. Finalmente, el magistrado deberá resolver si el caso llega efectivamente a juicio oral.
La causa se potenció en abril de este año, cuando la Cámara Federal porteña confirmó el procesamiento de Fernández por lesiones leves agravadas por el contexto de violencia de género, lesiones graves y amenazas coactivas. Los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah remarcaron que el vínculo entre Fernández y Yáñez, que se extendió desde al menos 2016 hasta mediados de 2024, estuvo atravesado por una "violencia habitual y constante", con un fuerte componente psicológico y episodios físicos reiterados.
"El entorno de aislamiento en la Quinta de Olivos y la desigualdad de poder generaron un marcado deterioro en la salud de la víctima", expresaron los camaristas en su resolución, que avaló los elementos probatorios reunidos en la etapa preliminar.
En febrero pasado, el juez Ercolini había dispuesto el procesamiento del expresidente, el embargo de sus bienes por 10 millones de pesos y una restricción de acercamiento: Fernández no puede aproximarse a menos de 500 metros de su expareja ni contactarla por ningún medio.
En su descargo, el exmandatario negó todos los cargos en una apelación de 59 páginas. Sostuvo que la acusación carece de pruebas directas, se basa en interpretaciones subjetivas y que los supuestos chats utilizados como evidencia no provienen del teléfono original de Yáñez. "La ausencia de evidencia directa no puede ser reemplazada por construcciones subjetivas", planteó su defensa.
Ahora, el expediente entra en una etapa decisiva. Si el juez Ercolini da curso al pedido del fiscal y no hace lugar a los planteos de la defensa, Alberto Fernández enfrentará un juicio oral por los delitos de violencia de género contra quien fuera su pareja durante más de siete años.