El Ministerio de Seguridad activó el Plan Guacurarí en Misiones para frenar la expansión de grupos narcos brasileños como el PCC y el Comando Vermelho. Se han registrado ataques contra fuerzas federales.
Frente al creciente avance de organizaciones criminales brasileñas en la región, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, puso en marcha el Plan Guacurarí, una estrategia de seguridad reforzada en la frontera con Brasil, particularmente en la provincia de Misiones.
La medida responde al temor -reflotado en las últimas semanas- por la posible irrupción de peligrosas bandas armadas trasnacionales como el Primer Comando de la Capital (PCC), el Comando Vermelho y el grupo gaúcho conocido como Bala Na Cara. Estas organizaciones ejercen un poder de fuego considerable, dominan las cárceles brasileñas, operan redes de tráfico de drogas, armas y extorsión, y extienden su influencia hacia Paraguay y Bolivia.
El plan contempla un Comando Unificado de Seguridad en el límite entre Misiones y los estados del sur de Brasil, y se estructura en cinco ejes prioritarios:
Desde febrero, según un informe oficial del Ministerio de Seguridad, las fuerzas federales han intensificado operativos con resultados concretos: secuestros de drogas, armas y mercadería de contrabando. No obstante, el avance sobre estas organizaciones generó una respuesta violenta.
El reporte advierte sobre atentados, amenazas e intimidaciones directas contra miembros de la Gendarmería Nacional, incluidos ataques armados a viviendas de oficiales y sedes operativas.
"Estamos enfrentando mafias con enorme poder logístico, económico y territorial", señalaron fuentes oficiales. Desde el Gobierno buscan evitar que se replique en territorio argentino la dinámica de violencia extrema que caracteriza a los enfrentamientos entre bandas en Brasil.