La doctora explicó que se trata de una patología prevenible en la mayoría de los casos y cuya detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
lEl accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como infarto cerebral o ictus, es la primera causa de discapacidad en el mundo y la segunda causa de muerte a nivel global. Según la neuróloga Alejandra Torres, quien fue entrevistada en el programa La Verdad Al aire, se trata de una patología prevenible en la mayoría de los casos y cuya detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Qué es un ACV y por qué ocurre?
Un ACV se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro, ya sea por la obstrucción de una arteria (isquémico) o por la rotura de un vaso sanguíneo (hemorrágico). En ambos casos, el resultado es la muerte de las neuronas por falta de oxígeno.
"La clave está en entender que nuestro cerebro no falla: el ACV es consecuencia de la disfunción de otros órganos, principalmente el sistema cardiovascular", explica Torres. Entre las causas más frecuentes se encuentran:
Hipertensión arterial
Diabetes mal controlada
Dislipemias (colesterol alto)
Tabaquismo y consumo de drogas
Sedentarismo y mala alimentación
Torres advierte que el estrés por sí solo no provoca un ACV, pero sí puede agravar condiciones preexistentes como la hipertensión o la diabetes.
Edad biológica vs. edad cronológica
La especialista destaca un concepto clave: la diferencia entre edad cronológica y edad biológica. "Veo pacientes de 20 años con un perfil metabólico propio de personas de 70", señala. Esto se debe a factores de riesgo acumulados desde edades tempranas, como el sobrepeso, el consumo de sustancias, la falta de sueño y la mala alimentación.
Por eso, los chequeos médicos deben comenzar desde jóvenes. Torres remarca que el ACV ya no es una enfermedad exclusiva de los adultos mayores. Casos en deportistas de élite o en personas de menos de 40 años lo confirman.
Factores de riesgo modificables
La doctora insiste en que gran parte del riesgo puede reducirse si se controlan los factores modificables:
- Controlar la presión arterial
- Mantener niveles saludables de glucosa y lípidos
- Dormir entre 7 y 8 horas por noche
- Evitar el consumo de drogas y alcohol
- Realizar actividad física regular
- Mejorar la calidad de las relaciones interpersonales
"Nuestro cuerpo está diseñado de forma perfecta, pero si empezás a compensar desde los 15, a los 30 podés tener un infarto de miocardio o un ACV", advierte.
Señales de alerta y tiempo de acción
Reconocer los síntomas es fundamental. Algunos de los signos más frecuentes son:
Trastornos del lenguaje (dificultad para hablar o entender)
Pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo
Parálisis facial
Pérdida de conciencia
Convulsiones repentinas
Ante cualquiera de estos síntomas, es vital actuar con rapidez. "El tratamiento debe hacerse dentro de las 4 horas desde el inicio de los síntomas. Ese es el periodo de ventana para aplicar una trombólisis o una trombectomía mecánica", afirma Torres.
En Mendoza existe una Red de ACV coordinada por el Dr. Federico Giner en el Hospital Lagomaggiore. Este sistema permite derivar a los pacientes rápidamente desde cualquier punto de la provincia, garantizando la atención neurológica urgente.
"La gente no lo sabe porque tiene poca difusión, pero en Mendoza tenemos una red eficiente para tratar el ACV", destaca la neuróloga.