El rol del intendente es fundamental en la planificación y elaboración de políticas públicas. Para garantizar su cumplimiento, es necesario auditar su ejecución en el marco del trabajo diario. Esta auditoría se realiza en distintos ámbitos: obra pública, higiene urbana, programas de desarrollo comercial y económico, así como programas turísticos y culturales, asegurando que se implementen de acuerdo con lo planificado.

La fiscalización de estas acciones no solo se basa en datos y estadísticas, sino también en el diálogo directo con los vecinos y comerciantes. La interacción en la calle permite obtener información de primera mano sobre el impacto de las intervenciones estatales, asegurando decisiones basadas en datos concretos y en la realidad cotidiana de la comunidad.

Las obras integrales abarcan la reparación de infraestructura esencial, como redes de agua, canales pluviales, alumbrado público y calzadas. Estas intervenciones incluyen el uso de manto asfáltico para mejorar la calidad urbana. Sin embargo, estos trabajos suelen ser complejos, costosos y prolongados, generando molestias temporales para los vecinos y comerciantes, afectando la actividad económica local.

A pesar de estas dificultades, es esencial que el Estado mantenga su presencia, garantizando que las obras se completen en su totalidad. Aunque en el corto plazo pueden generar un impacto negativo en los comercios, una vez finalizadas, favorecen la integración comercial y el desarrollo urbano.

La administración municipal también está enfocada en la reducción del gasto público, logrando una disminución orgánica del personal municipal a través de jubilaciones y renuncias. Además, se ha llevado a cabo una reducción de la planta política, pasando de 280 a 110 cargos, lo que convierte a este municipio en el más poblado de la provincia (con 350,000 habitantes) y con la estructura de gobierno más eficiente.