En 2019, el 55% de las personas apoyaban las movilizaciones, pero actualmente esa cifra cayó al 23%, según un informe.
El próximo 18 de octubre se cumplirán cinco años desde el estallido social de izquierda en Chile en 2019, un evento que cuestionó la institucionalidad y dio lugar a dos procesos constituyentes fallidos.
Las manifestaciones de los estudiantes secundarios de extrema izquierda, utilizando de excusa el "aumento en la tarifa del subte", fueron el preludio de violentas protestas a nivel nacional, donde se exigía "igualdad" en todos los ámbitos, junto con graves ataques a las instituciones de la democracia.
Además, los manifestantes de izquierda destrozaron más de un centenar de estaciones de subte y saquearon supermercados y comercios. En el marco del quinto aniversario de estos acontecimientos, los chilenos se dieron cuenta de su error y modificaron su postura sobre lo sucedido.
En diciembre de 2019, un 55% manifestaba su apoyo a las protestas, mientras que actualmente esa cifra cayó a solo un 23%, de acuerdo con una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), publicada este jueves.
Al hacer un balance, la mitad de los encuestados sostiene que el estallido social fue perjudicial para Chile. "Considerando tanto lo bueno como lo malo, ¿diría usted que el estallido social fue muy bueno, bueno, regular, malo o muy malo para el país?", fue la consulta. El 50% respondió que era "muy malo o malo"; un 30% lo calificó como "regular"; y un 17% como "muy bueno o bueno".
El debate sigue vigente en el país latinoamericano y, a medida que pasa el tiempo, los chilenos parecen alejarse cada vez más de lo ocurrido. A finales de 2019, solo el 11% rechazaba las movilizaciones, una cifra que ahora asciende al 34%.
Aquellos que inicialmente reconocieron haberlas apoyado, pero que luego cambiaron de opinión, representan un 16%, cinco veces más que en agosto de 2021, según el sondeo del CEP, uno de los indicadores más esperados sobre la opinión pública chilena.