Dos pasajeros y un miembro de la tripulación contaron cómo se vivió dentro de la aeronave los momentos previos a la tragedia en la que murieron por lo menos 38 personas; su relato va en línea con la hipótesis de un derribo por un misil ruso
Tres estruendos, pasajeros alterados, la tripulación desconcertada y un piloto que tomó una decisión urgente ante un momento límite. Esa combinación de terror, tensión y shock se vivió dentro del Embraer 190 de Azerbaijan Airlines el pasado miércoles antes de que se estrellara e incendiara parcialmente en Kazajistán, según el relato de tres sobrevivientes -dos pasajeros y un asistente de vuelo- a la agencia Reuters.
El vuelo J2-8243 se estrelló el miércoles y se convirtió parcialmente en una bola de fuego cerca de la ciudad de Aktau, en Kazajistán, tras desviarse de una zona del sur de Rusia donde Moscú ha utilizado repetidamente sistemas de defensa aérea contra los drones militares ucranianos. El avión había partido de Bakú, la capital azerbaiyana, y su destino era Grozni, la capital de la república caucásica rusa de Chechenia, aunque tuvo que desviarse. Al menos 38 personas murieron y 29 sobrevivieron.
"Después del estruendo... pensé que el avión se iba a caerse a pedazos", dijo Subhonkul Rakhimov, uno de los pasajeros que había grabado los momentos de tensión dentro del avión, desde el hospital. Dijo que empezó a recitar oraciones y a prepararse para el final tras oír el estruendo. "Era obvio que el avión había sufrido algún daño", dijo. "Era como si estuviera borracho, ya no era el mismo avión".
Otra pasajera del avión dijo a Reuters que también oyó un fuerte estruendo. "Tenía mucho miedo", dijo Vafa Shabanova, y agregó que también se oyó un segundo estallido. Un asistente de vuelo le dijo que se moviera hacia la parte trasera del avión.
Ambos pasajeros dijeron que parecía haber un problema con los niveles de oxígeno en la cabina después del estallido.
El asistente de vuelo Zulfugar Asadov dijo que se le denegó el aterrizaje en Grozni debido a la niebla, por lo que el piloto dio una vuelta y en ese momento se oyeron estruendos fuera del avión.
El accidente subrayó los riesgos para la aviación civil incluso cuando los aviones vuelan a apenas cientos de kilómetros de una zona de guerra, especialmente cuando está en marcha una gran guerra con drones.
Los desastres anteriores incluyen el derribo del vuelo PS752 de Ukraine International Airlines en 2020 por parte de la Guardia Revolucionaria de Irán, en el que murieron las 176 personas a bordo. En 2014, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines fue derribado sobre el este de Ucrania por un sistema de misiles BUK ruso, con la pérdida de 298 pasajeros y tripulantes.
En 1983, la Unión Soviética derribó el vuelo 007 de Korean Air Lines después de que se desviara de su curso y volara a través de un espacio aéreo prohibido. En 1988, durante la guerra entre Irán e Irak, el buque de guerra estadounidense Vincennes derribó un vuelo de Iran Air sobre el Golfo, matando a las 290 personas a bordo. (La Nación)