El hecho ocurrió en el estado de Washington, cuando un individuo de origen Jordano quiso adentrarse en el país
Las autoridades federales estadounidenses arrestaron a Mohammed Hasan Abdellatif Albana, un ciudadano jordano de 41 años, cerca de la frontera norte de Lynden, Washington, acusado de ser un terrorista conocido, según el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Albana fue identificado como una amenaza para la seguridad nacional y deportado a Jordania el viernes 15 de noviembre tras un proceso migratorio, frente a falencias de más preocupantes en la política inmigratoria de Biden.
Según Drew H. Bostock, director de la Oficina de Campo de ICE en Seattle, la agencia mantiene su compromiso de proteger a las comunidades del noroeste del Pacífico mediante la remoción de personas que representen riesgos para la seguridad nacional.
El servicio de inmigración y aduanas denotó su preocupación con la situación migratoria y la poca reacción de la administración demócrata | La Derecha Diario
El caso de Albana pone de relieve un patrón alarmante en los cruces fronterizos bajo la administración Biden en la cual no solo la crisis migratoria en la frontera sur representa un dolor de cabeza para la ciudadanía americana, sino que los avances de terroristas a través de Canadá también ponen al país en alerta.
Datos de la Patrulla Fronteriza y un informe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes muestran que más de 300 migrantes en las listas de vigilancia de terrorismo han sido interceptados cruzando las fronteras norte y sur de EE. UU. desde el inicio de la administración actual.
Entre 2021 y 2023, más de 250 individuos en la lista de vigilancia fueron detenidos en la frontera sur, de los cuales al menos 99 fueron liberados en comunidades estadounidenses y otros 34 permanecen bajo custodia sin ser deportados.
Además, jueces de inmigración otorgaron libertad bajo fianza a 27 migrantes en la lista de vigilancia que ingresaron ilegalmente al país. La Patrulla Fronteriza también ha encontrado a decenas de miles de migrantes provenientes de países considerados riesgos de seguridad nacional, incluyendo 2.134 afganos, 33.347 chinos, 541 iraníes, 520 sirios y 3.104 uzbekos.
El informe advierte que estos números no incluyen a los cerca de 2 millones de personas clasificadas como "gotaways," quienes lograron evadir la vigilancia fronteriza desde el inicio de esta administración.
Migrantes en la lista de vigilancia provienen de al menos 36 países, incluidos Afganistán, Irak, Líbano, Pakistán, Somalia, Siria, Tayikistán y Yemen, regiones con intensas actividades terroristas activas. Estos hallazgos subrayan la creciente preocupación por las brechas en la seguridad fronteriza y el impacto de las políticas deficientes actuales en la seguridad nacional.
El caso de Albana y las estadísticas presentadas han intensificado el escrutinio sobre la gestión fronteriza y han alimentado el debate político, especialmente en torno a la capacidad del gobierno para prevenir que individuos peligrosos ingresen y permanezcan en EE. UU. Este caso y los datos asociados destacan la necesidad de reforzar las políticas migratorias y las medidas de seguridad en las fronteras.