El contacto físico consentido, como los abrazos, los besos y las caricias, puede ser beneficioso para la salud. Puede ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de bienestar.

Un estudio reciente encontró que las personas que recibían más contacto físico consentido tenían niveles más bajos de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. El estudio también encontró que las personas que recibían más contacto físico consentido tenían una mayor sensación de bienestar y una menor probabilidad de depresión.

El contacto físico consentido también puede ayudar a fortalecer las relaciones. Cuando nos abrazamos, nos besamos o nos acariciamos, estamos enviando señales de amor, apoyo y afecto. Estas señales pueden ayudar a fortalecer los lazos entre las personas.