Ya es tiempo de decirlo claro y sin vueltas: los argentinos estamos cansados de la misma historia
Miren, hoy no estamos para diplomacias. Ya es tiempo de decirlo claro y sin vueltas: los argentinos estamos cansados de la misma historia. De los que se llevan la plata, de los que quieren paralizar el país con medidas de fuerza que solo tienen un objetivo: no perder sus curros y privilegios. Porque en cada rincón del Estado, sea nacional, provincial o municipal, siempre hay alguno metiendo la mano en el bolsillo del país, y con cada peso que se llevan, alguien más se empobrece.
Pensémoslo un segundo. ¿Cuánto ganan esos políticos que "trabajan" en el Estado? No sólo tienen sueldos que ya quisiera cualquiera; también cuentan con atención médica, jubilación asegurada, y estabilidad laboral. ¡Y encima roban! Aclaremos, no es que estamos diciendo que todos los empleados públicos o políticos son iguales, pero muchos se llenaron los bolsillos mientras los que los eligieron se iban a dormir con hambre, viviendo en casitas de chapa o incluso en la calle.
¿Cómo puede ser que mientras miles de personas salen a laburar a las cinco de la mañana para ganarse un sueldo digno, otros estén viendo cuánto más pueden sacar? Y lo peor, ¡estos mismos dicen "representar" a los trabajadores! Se olvidaron de los que realmente importan: de los laburantes, de los chicos, de las familias que necesitan un futuro mejor. Basta con mirar cómo viven esos sindicalistas que hoy pretenden parar el país. ¿Con qué cara?
Argentina perdió décadas en manos de corruptos que solo pensaron en ellos. De recesión en recesión, de inflación en inflación. ¿Y quién paga el precio? La gente. Las generaciones que vienen luchándola desde siempre, viendo cómo el esfuerzo nunca alcanza porque siempre hay algún vivo más arriba robando oportunidades.
Y ahora la gente dijo basta. En las elecciones, muchos eligieron darle la espalda a esos políticos de siempre, a pesar de que algunos aún están cegados por promesas que nunca se cumplen. Los argentinos queremos una Argentina sin curros, sin coimas, sin "hijos del Estado". Un país que le dé oportunidades a todos, no solo a unos pocos que saben cómo quedarse con todo.
Ya nos robaron suficiente. La oportunidad de ser una gran nación. Pero no nos vamos a quedar en silencio; esta vez vamos a construir el país que nos merecemos. Y, además, vamos a pedir justicia. Porque sin justicia, no hay futuro. Esta vez, los que nos robaron también tienen que pagar, y deben terminar donde pertenecen: en la cárcel.